miércoles, 19 de noviembre de 2025

EL NOMBRE DE VENEZUELA

Cuando Américo Vespucio regresó de su segundo viaje —antes de julio de 1500— del viaje realizado con Alonso de Ojeda, el mismo que había partido de Cádiz el 18 de mayo de 1499 y en el cual Juan de la Cosa participó como piloto mayor, ocurrieron dos hechos fundamentales cuya coincidencia temporal no es casual:

1. Juan de la Cosa concluye su célebre carta universal o portulano, la primera en la que aparece representada América. Como piloto mayor tenía acceso privilegiado a todas las bitácoras de navegación castellanas, especialmente a las de Ojeda y Vespucio. De modo que cualquier información geográfica obtenida en ese viaje quedó registrada en ese mapa.

2. Américo Vespucio escribe a uno de sus mecenas, Lorenzo di Pierfrancesco de Médici, la famosa First Letter of Americus , fechada el 18 de julio de 1500, donde describe su segundo viaje (la expedición de Ojeda). En esa carta aparece un pasaje crucial que no admite reinterpretaciones arbitrarias:

“Pasamos de esta isla a otra, cercana, a diez leguas de distancia, y encontramos una aldea muy grande, cuyas casas estaban construidas sobre el mar, como Venecia, con mucha ingeniosidad. Mientras quedábamos maravillados ante tal circunstancia, decidimos ir a verlas; y cuando nos acercamos a sus casas, intentaron impedirnos la entrada.”

Es decir: Vespucio está describiendo una población de casas sobre el agua, una ciudad lacustre, exactamente el tipo de asentamiento que más tarde Martín Fernández de Enciso, en 1519, identificará con el nombre de Venezuela.

La afirmación de la profesora Beatriz Bermúdez Rothe —sería seguramente correcta si se leyera la historia sólo desde Enciso hacia adelante— se vuelve insostenible cuando se incorpora esta carta de 1500. Mucho más si se lee “entre líneas”, pues Enciso escribe textualmente: “...un lugar y casas de indios que se llama Veneƺuela” . Y claro: así se conocía desde hacía diecinueve años. No creo que la profesora no haya leído la carta completa…

Para decirlo sin rodeos:

La descripción de Vespucio antecede por casi dos décadas al texto de Enciso, por lo que cualquier reconstrucción historiográfica que ignore esta carta queda incompleta. Y menos aún puede ignorarse la corroboración cartográfica de Juan de la Cosa, quien incorpora el topónimo en su portulano de 1500.

Referencias: 

  1. Lester, C. E., & Foster, A. (1853). The life and voyages of Americus Vespucius: With illustrations concerning the navigator, and the discovery of the New World (4th ed.). Horace Mansfield. Pág. 167.
  2. La Cosa, J. de. (1500). Carta Universal [mapa portulano, Inv. MN 257]. Museo Naval de Madrid, España.


P. D. 1: Aunque la discusión sobre el origen del nombre Venezuela es una diatriba antigua, conviene recordar que el cura Nectario María ya había adelantado una lectura distinta, orientada a reivindicar una identidad propia de los maracuchos autóctonos. Hoy existe una tendencia semejante, presentada muchas veces bajo la etiqueta de “descolonización”, que busca precisamente des-europeizar (o des-europeizar, a lo arrecho como dicen algunos) ciertos relatos históricos para recentrarlos en expresiones culturales locales. Escribir la historia a como nos venga en gana no es la idea , y pasar sobre los hechos, agarrándonos aunque sea del borde o filo de unos caracteres. Re-interpretándolos, así no más.

P. D. 2:  Con lo dicho arriba dejo puesta mi rodela en la cuestión del nombre Venezuela. Y a ella quiero sumar ahora los casos de Araya o Maturín , porque ocurre algo semejante: algunos quieren encontrarlos —a como dé lugar— en diccionarios de lenguas de nuestros hermanos aborígenes, aun cuando ya están atestiguados en otras lenguas ajenas a ellos, y mucho antes de que alguien intentara indigenizarlos.