viernes, 5 de julio de 2024

ODA AL MARISCAL SUCRE

Fuiste un tornado en la calma
Forjado en el crisol de la amada
Por designios de los avatares
Apenas deslumbrando la mañana
Tomaste el bastón de la imponencia
Regando de luz esos altares
Pichincha, Boyacá, Angostura, Carabobo
Mostraron al mundo tu bravura
Joven guerrero, temple de acero, alma generosa
El olimpo ya andado, el tártarus en tus manos
Rugen las trompetas, brillan las bayonetas
Apenas deslumbrando la mañana
Fragor de lucha encarnizada
Cumaná, Cumaná, la vieja Cumaná
Tus callejuelas empedradas
Ruge el viento, resuenan los cascos
El blandir de los aceros al aire
La tarde espera, agonizando
El muchacho se hace hombre
Bajo el tenaz conjuro libertario
Culatazo al entrecejo, no hizo mella
Cual silbido de quimera
Cumaná la marinera, siempre allí
Tus hermosos atardeceres
Ruidos de la lucha, nada se detiene
Coloso, gigante, Abel americano
Sombra quetzalcualtiana y bravía
Verdugo de los verdugos idos
Manos pérfidas y traidoras
Soles ciegos y mezquinos
No detuvieron tu andar
No acallaron tu voz
Tu huella sigue por esos senderos
Iluminando los caminos libertarios
Ay Cumaná, ay Cumaná
Tu joven centauro aún marcha
Con su manto y espada al cinto
Hijo de la guerra
Mártir de la inocencia
Adalid de los necesitados
Docta pluma, en el deber
Tu voz sigue viva
Tu huella perenne en los caminos
Farol americano
Fractal de los penates idos
Coraje inmortal
Padre de los hijos del sur
Gloria eterna

por: José Luis Astudillo

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