sábado, 3 de noviembre de 2012

JOSÉ CARLOS PEÑALOSA


En esta fecha (3-11-1793) recordamos al comandante JOSÉ CARLOS PEÑALOSA LÓPEZ. Mártir de la Patria. Nació en esa fecha en Cumaná, hijo de don Juan de Dios Peñalosa, portugués casado en Cumaná con doña Inés María López de Arjona.

El comandante Peñalosa, a los 17 años, con el grado de teniente, participó activamente, desde un principio, en los eventos revolucionarios de 1810. En medio del despotismo implantado en Cumaná por Cervériz, logra en 1812, viajar a la Isla de Trinidad con los hermanos Sucre y se una a Santiago Mariño. Forma parte de los 45 héroes que iniciaron la campaña libertadora de 1813, liderada por ese héroe leyendario, el General Santiago Mariño, que partiendo de la Isla de Trinidad y desembarcando por Güiria logra la proeza de libertar a todo el oriente venezolano, la Provincia de Nueva Andalucía.

Se destaca Peñalosa por su valor y arrojo en la primara de Maturín bajo el mando de Bernardo Bermúdez, y luego en la jornada victoriosa hasta Cumaná, combatiendo contra miles de tropas realistas esparcidas por todo nuestro territorio, bajo el mando del también invicto General Manuel Carlos Piar. Se calcula que los reales tenían más de 8000 soldados bien entrenados y equipados.

Hizo toda esta jornada libertadora, la gran campaña de la liberación de Oriente, de triunfo en triunfo desde Chacachacari hasta Cumaná; brilló también el año 14, año trágico para la causa patriota, cuando más se necesitaba de los líderes de la emancipación, peleando contra Cerveriz, Gavasso, Suazola, Fernández de La Hoz y el invicto José Tomás Boves, en las batalla del Salado y Urica, donde pudo verlo herido del lanzazo mortal del indio Saraza.

Luego en 1814, se unió a Domingo Montes y a Villarroel en Cumanacoa y participó activamente en las guerrillas, único vestigio del poder patriota. Su nombre glorioso fue clarín de las victorias, se gritaba en las trincheras y se cantaban sus hazañas 

Fue apresado después de la batalla de Rio Caribe, el primero de septiembre de 1815. Condenado a morir, aceptó su destino con serenidad. Fue un guerrero egregio, de augusta presencia, altivo y sereno, sin vacilaciones, como lo fue en vida. Digno hasta la muerte, y ser otro mártir de la Patria.

Él, como el coronel José Ribero, murió fusilado en Cumaná, en la plaza de San Francisco, por orden ejecutada por el frío comandante Aldama, por orden de don Pablo Morillo. Su cuerpo fue mutilado, desmembrado y repartido en lugares visibles de la ciudad, como escarmiento para los audaces y heroicos paladines que se multiplicaban en todo el territorio de la Capitanía General de Venezuela.

Hombres como Peñalosa le dieron sentido a la guerra emancipadora. Espera el bronce que eternice su valor y su grandeza. 


por: Ramón Badaracco

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