jueves, 7 de julio de 2022

LA LEYENDA DEL JUM

Tanto los pueblos originarios como los que a lo largo del tiempo se han ido mestizando, en su cosmogonía han fijado creencias, mitos, leyendas, personajes notables, sitios mágicos, cultos, saberes, entre otros. Particularmente en el caso de Tarabacoa, sitio casi intermedio entre San Antonio del Golfo y Marigüitar, aunque en jurisdicción de esta última población ( municipio Bolívar ), dada su evolución en el tiempo, partiendo de su ocupación indígena inicial, luego ocupada por los hispanos bajo la modalidad de producción agrícola, mediante la “encomienda”, que dio paso a la relación de producción con uso de mano de obra esclava negra. Bajo esta modalidad se inició y se consolidó, para la segunda década del siglo XVIII, una importante producción agrícola con base a los cultivos del cocotero y la caña de azúcar. El coco para la obtención de aceites como insumo para la fabricación de velas y jabones, además como combustible para alimentar lámparas de alumbrado doméstico. La caña de azúcar para la elaboración de papelón y mieles para la obtención de rones.

Dada la feracidad de las tierras de Tarabacoa, buenos suelos, agua dulce permanente y abundante provista por el río del mismo nombre, además de su notable extensión de 57 ha., se dio allí una importante producción agrícola, lo cual justificó la necesidad de un sustancioso contingente de mano de obra, que a partir de la segunda década del siglo XVIII fue de origen africano. Este contingente vivía inserto dentro de la hacienda, pero preferentemente ubicado más hacia las estribaciones de los cerros colindantes en la parte sur, ello como medida de seguridad ante los embates de las crecidas del rio Tarabacoa, el cual era de respetar. La población negra allí era importante, posiblemente la estancia fuera una especie de estación esclava desde donde se remitían a los fundos en la costa del golfo, la mano de obra necesaria para las actividades agrícolas. El mercado principal de “piezas esclavas” estaba asentado en Cumaná, como lo atestiguó Humboldt, cuando visitó la ciudad en 1799. La famosa hacedora, ya fallecida, de muñecas de trapo, Berta Vergas, de Cerezal, en entrevista hecha y publicada por la Fundación Bigott, en una publicación dedicada al estado Sucre, hace ya varios años, quizás 40, cuenta que su abuela fue una negra esclava, traída de África, por nombre Rosa Enchelmar, y llevada a Cariaco desde Tarabacoa, donde se “rocheleaban los negros”.

Es en este contexto donde se originó la creencia de un ser mítico, quizás ligado a lo mágico-religioso, propio de un bosque como lo era y aún es Tarabacoa, donde la oscuridad  y lo sombrío era propicio como hábitat de un misterioso y travieso ser que se burlaba y castigaba a los atrevidos que solían salir de noche a vivir cualquier aventura. Este curioso espíritu lleva en los predios de Tarabacoa, Petare, Capiantar, en los términos del municipio Bolívar y en Paradero, Tarabacoita, Puerto La Vieja, Cachamaure, del municipio Mejía, estado Sucre, el “jum”.

África | En Salima, Malawi, los consejeros de un campo de circuncisión de Yao bailan en el pueblo cercano como una forma de consuelo y entretenimiento para los preocupados padres y familiares de los niños. A los padres no se les permite ver a sus hijos mientras los niños están secuestrados en el campamento durante el "jando", la ceremonia de circuncisión de Yao que marca el paso masculino a la edad adulta. | © "Tribus del Gran Valle del Rift" por Elizabeth L Gilbert [https://bit.ly/El_Jum]

La primera vez que oía nombrar este personaje, eso que desde pequeño me familiaricé con Tarabacoa, ya que era la hacienda familiar, de los “Pérez”, fue un poco tardío, cuando mi tío Luis,  hermano de mi papá, se vino desde Caracas,  finalizando los años sesenta, y además de su labor como agente vendedor, pasó a encargarse de la hacienda. Allí se daban citas festivas, comilonas, excursiones nocturnas a pescar en el río y el mar. En una oportunidad de estos jolgorios, organizamos una excursión nocturna a pescar lisas a la boca del río. Estábamos entusiasmados y animados con el rón. Hizo su aparición, un señor denominado Cándido, mayordomo de la hacienda vecina que era de unos primos nuestros y lo invitamos air con nosotros. Manifestó que no estaba interesado en esa parranda y cuando ya nos disponíamos a entrar en ese mundo misterioso nocturno de la hacienda, nos dijo: “tengan cuidado con el jum”, yo me devolví y le pregunté que era el jum. Me respondió: ese es un espíritu que no es bueno, sale de noche por entre la hacienda, te empuja, te golpea con las alas que tiene, te hace tambalear, te pone a dar vueltas, te mareas y te caes como si estuvieras jumo. Cuando te despiertas, ni idea de lo que te pasó. Le pregunté, Modesto como es el jum­?. Ay mijo, mejor es que ni lo veas. Es como un hombre, de la cintura pa bajo es como gente, pero pa rriba tiene forma de pájaro grande, con alas y pico enormes. No es nada bonito. Tú lo has visto, si lo he visto pero no me he tropezado con el, ni que lo quiera Dios. También vuela alto, vá de sitio en sitio, siempre de noche. Le dije, bueno esperemos que esta noche no nos salga ya que tenemos ganas de comer lisa frita.

huibbMuseo de Arqueología y Antropología, Cambridge © MAA 2022 N.13099.GIJ Fotógrafo/fuente/colección: Jones, Gwilliam Iwan 1930 - 1939 Dos enmascarados conocidos como Ogu Aba (cantantes) actuando en la mascarada Nkporo Ifogu vistiendo trajes sueltos de rafia, tocados de rafia , y 'máscaras' de red de rafia a rayas que se estrechan en punta. Igbo-Afikpo, Etitiama/Nkporo, estado de Abia, Nigeria [https://bit.ly/El_Jump_2]
Andando el tiempo, hice conjeturas y me dije, esto del jum parece de origen africano. Aquí en Tarabacoa hubo mucho negro de allá y es posible que se hayan traído esa creencia. Estando trabajando en los años ochenta en la Corporación de Desarrollo de la Región Nororiental ( Corporiente), como geógrafo, con base a la identificación de subregiones funcionales en la región nororiental, abordamos entre otras, el estudio de la Subregión Cumaná-Araya, bajo la premisa que tenía una fuerte connotación cultural, y nos movilizamos en búsqueda de las manifestaciones que en este orden podría haber: música, bailes, canto, gastronomía, costumbres, leyendas, tradiciones, saberes, artesanía, etc. Me acordé de la leyenda del jum. Les eché el cuento y se motivaron, pero no encontramos referencias. La coordinadora de la investigación cultural, Gisela Barrios, esposa del geólogo prestado a la Antropología, Marc de Civrieux ( fallecido ), se apareció un día con un pequeño libro sobre creencias y mitos africanos, y llena de emoción nos dijo: “encontré al jum”. Nos mostró una imagen de una figura antropozoomorfa, mitad hombre, mitad ave, grande, emplumado, identificado como el jum. Que emoción sentimos con ese descubrimiento. Lamentablemente nos dispersamos, Corporiente desapareció y esa pista mágico-religiosa también hizo lo mismo, pero afortunadamente ya sabemos de donde vino. He tratado de contactar a Gisela, quien vive en el Salado de la Mucuy, cerca de Mérida, vía el páramo, a sabiendas que aún conserva la biblioteca de Marc, con la esperanza que me pueda remitir la imagen del jum, pero me ha sido imposible, pero continuare intentando. Bueno…me voy a dormir, no vaya a ser que se me aparezca el jum. Por cierto, la palabra “jumo”, borracho, viene de allí. El jum atonta, o emborracha con giros y vueltas a sus víctimas.

Escrito por Luis Germán Pérez Gómez

Cumaná, 10 de marzo de 2021.



Nota: Imagenes agregadas como ejemplo de "hombres pájaros" por Rommel Contreras. No son las mostradas al autor por Gisela Barrios.

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