Proposición que hace el gobernador de la Plaza de Cumaná Don José Caturla coronel de los ejércitos nacionales españoles para su rendición al excelentísimo Sr. José Francisco Bermúdez General de los ejércitos de Colombia y en jefe del que se halla al frente de esta inferida plaza.1.- Se verificará dicha rendición con la de todos los puntos fortificados que de ella dependen, cuya formalidad se hará con toda formalidad por los comandantes que actualmente la ocupan a los que fueran destinados a cubrirlas. Concedido2.- La guarnición será prisionera de guerra y saldrá con los honores que esta prescribe. Concedido3.- Será embarcada en buques de Colombia a la isla de Puerto Rico, permitiendo llevar a la tropa armamento con maletas y ropa, y a los señores oficiales sus equipajes con familiares y sirvientes al que tuviere y tratara de llevarles en su compañía, e igualmente serian conducidos a la misma isla los enfermos que actualmente se hallan en el hospital militar luego que se restablezcan de los males que adolecen. Concedido excepto sobre el armamento que se entregara fuera de la plaza.4.- Deberá ser respetado el derecho de propiedad y seguridad personal del vecindario que hay en la plaza sea cual hubiese sido su opinión política y del propio derecho disfrutarán algunas personas que puedan existir que habiendo presentado juramento de fidelidad a la república en algunas de las partes de la provincia de Venezuela, se hallan a la razón en esta referida plaza, no permitiendo en consecuencia sea ultrajado ni saqueado. Concedido, pero no así a los bienes de personas que se hallaren en la misma plaza habiendo prestado juramento de fidelidad al gobierno de Colombia que quedarían sujetos a sus leyes.5.- Del propio modo deberían ser respetadas las escribanías y archivos públicos a fin de evitar los trastornos y perjuicios que se han experimentado en otras ocasiones. Concedido6.- Las tropas Españolas evacuarán la ciudad entre las 9 y 10 de la mañana del día de mañana en los términos que se anuncian en dicho artículo, corriendo de mi cuenta el día y hora de embarque, por no ser esta operación fácil de verificarse con la prontitud que se propone. Concedido7.- Si algunos vecinos bien sea solos, con familia o sirvientes trataren de salir para otro destino, se le franqueará por el gobierno el correspondiente pasaporte para que lo puedan verificar, Si lo permitiese la capacidad de los buques de transporte que se destinen para las tropas, más de no permitirlo lo podrán reservar para cuando se le presente la ocasión o ellos lo agencien por sí. Concedido con solo la excepción que no podrá embarcarse en los buques que se destinen para la tropa.8.- Habida consideración al miserable estado en que se haya reducido este vecindario, y los escases de moneda que hay en giro, será permitida la circulación del cobre o señas, a fin de que con ellas se puedan remediar muchos infelices. NegadoCumaná Octubre 15 de 1821José CaturlaProposición del General Bermúdez9.- las tropas antes de ser embarcadas serán interrogadas por los jefes que al intento se comisionaren de una y otra parte, para que los que quieran quedarse al servicio de la República lo verifiquen expresando su voluntad. Esta misma circunstancia tendrá lugar con respecto a los esclavos, bajo el nombre de sirvientes, nombrando por mi parte para la exploración al Teniente Coronel Juan José Quintero.Cuartel General en la Boca del Rio Octubre 15 de 1821General en Jefe José Francisco BermúdezNombrado el Teniente Coronel Salvador Medina en el articulo 9 adicionalJosé Caturla.
jueves, 16 de octubre de 2025
CAPITULACION DE CUMANA 1821
viernes, 10 de octubre de 2025
jueves, 9 de octubre de 2025
A propósito del 43° aniversario de la Masacre de Cantaura:
Casualmente ayer también se cumplieron 48 años desde que, con tan solo 16 años, ingresé a la ESCUTEFAV, la Escuela en Maracay de suboficiales de la Fuerza Aérea Venezolana (los técnicos de la aeronáutica, hoy —gracias a Chávez— forma oficiales y TSU). Ingresé a estudiar Electrónica, por mi propia voluntad y decisión.
| Canberras sobrevolando Los Monjes | 
Antes, conversé con mis padres —que nunca pensaron que yo podía tomar una decisión como esa, de andar con militares— y también lo consulté con la dirigencia del partido donde militaba (Voz Socialista, Partido Trotskista de los Trabajadores ). Recuerdo que el profesional del partido, el dirigente juvenil que me atendió (aunque era un viejo barbudo), me dijo que ese paso era importante para el futuro de la revolución en Venezuela.
Al año y medio de estar estudiando Electrónica, fui seleccionado para ser tripulante aéreo (por mis notas académicas, visión perfecta y otros requisitos fisiológicos). Luego ingresé al curso de formación de Navegantes Bombarderos, futura tripulación de los aviones de transporte Hércules y de los aviones bombarderos Canberra* (parte del arsenal venezolano de la época).
No terminé la Escuela: fui dado de baja tres años después, apenas un mes antes de graduarme, cuando ya estaba destacado en Barcelona, haciendo prácticas de navegación; con todos mis requisitos académicos culminados; ya había concluido el entrenamiento en los colosos aviones de transporte Hércules; fui un estudiante destacado y sigo siendo un amante de la tecnología. Se me acusó —falsamente— de mantener relaciones amorosas con una alumna (lo cual estaba prohibido); con esa excusa dieron de baja a 17 alumnos. Sin embargo, yo sabía que habían averiguado mi pasado político: un año antes me habían llevado al Cuartel San Carlos para interrogatorios, desde Maracay a Caracas (en dos oportunidades).
Fui, con 15 años, representante estudiantil de los liceos del oeste de Caracas, en tiempos cuando nuestro presidente hacía lo propio en los liceos del Valle y alrededores. En esa época de pelo largo, él era simplemente Niko, y yo, Rommel. Él distribuía Tribuna Popular por un lado de la avenida Baralt, mientras Malas Pulgas y yo distribuíamos Voz Socialista por el otro lado de la misma avenida. Nuestro punto de encuentro político casual era el "Pedagógico de Caracas", o también el Liceo "Luis Razetti" y la ETI “San Martín”, instituciones próximas al Atlántico, la Silsa, el 23 de Enero, La Quebradita y la avenida Morán; lugares donde confluían los estudiantes de la zona. Entre ellos recuerdo al PAO (Pablo Acosta Ortiz). Para la época, vivía relativamente lejos de ese escenario, en San Agustín del Sur.
Por supuesto, un “cabeza caliente” no podía ser tripulante aéreo de un avión de combate, (existía el precedente de un Canberra que fue a parar a Cuba, y montones de incidentes). Además de los Mirage franceses, aquellos aviones ingleses eran la columna vertebral de la FAV de la época.
Por mi baja militar, los únicos que se alegraron fueron mis padres. Mi mamá —que era católica— dijo: “¡Gracias a Dios!”; mi papá —que no tenía religión alguna— dijo al otro lado del teléfono, cuando le avisé: “El Creador te bendiga.” Muchos de mis compañeros e instructores murieron luego en aquellos ataúdes volantes.
Pero para mí fue un desencanto. Siempre quise ser astronauta, y ser tripulante de un avión de combate era lo más cercano que podía alcanzar; quizás por eso luego estudié física, aunque le tengo gran afecto a la electrónica y a la historia. La cabina del Canberra, era como una nave espacial. Me dijeron en las clases teóricas que no tocara los botones marcados con amarillo y negros, y mucho menos los rojos. La primera vez que quedé solo en la cabina de ese bombardero, todos los botones me parecieron amarillos-negros y los demás rojos. Olían a como huele la electrónica.
Todo ese preámbulo es para contarles lo siguiente:
Fue uno de mis compañeros de estudio, que con escasos 19 o 20 años, uno de los tripulantes de aquellos aviones Canberras que juntos con otros oficiales —pilotos— ametrallaron y bombardearon a los "sublevados" acantonados en Cantaura; y seguro así se los refirieron, como guerrilla sublevada enemigos de la democracia; no es casual que ese siga siendo el actual discurso del flamante presidente yanki.
Eso lo supe años después.
Yo no lo absuelvo —ya está fallecido—, pero comprendo su situación.
En aquella Venezuela, los militares solo respetaban el código de obediencia prusiana: “Se cumple la orden, y si tiene peros o preguntas, luego se pasa la novedad”. Un joven que apenas iniciaba su carrera en la FAV, sin formación política, poco podía hacer al respecto.
El piloto del avión Canberra tenía el control total, hasta el momento del bombardeo; también el piloto manejaba los paquetes de cañones de 20 mm, que en grupos de cuatro —en línea— montaba ese avión (seguramente fue el arma asesina). El bombardero-navegante controlaba. los sistemas de ubicación —sin GPS— la mira, las fotografías y el sistema de programación de lanzamiento de las bombas: en el momento del bombardeo, dirigía también la actitud del avión y soltaba las bombas —que, tengo entendido, en el caso de Cantaura fueron de 500 libras (227kg)—.
Son cosas poco conocidas en detalle.
En la década del 70, la FAV y las fuerzas armadas en general estaban infiltradas por semillas revolucionarias, pero su dirección militar era controlada por la extrema derecha oligárquica.
Esos son los datos que deben pesar para entender lo que ha pasado en Venezuela. Chávez y sus compañeros pasaron ilesos; a otros nos mandaron a casa.
Hoy la responsabilidad constitucional del venezolano —sea militar o civil— es personalísima: no se puede justificar un crimen alegando el cumplimiento de una orden. Eso, y cosas parecidas, son las que debemos reconocer como avances de la nueva Venezuela revolucionaria.
Eventos como el aquí narrado, representan los grandes cambios y logros de estos veinticinco años de proceso revolucionario.
Honor y gloria a los caídos de Cantaura, mártires sembrados, que florecen en la conciencia revolucionaria de la patria actual.
Pero, la gloria también merecen mis jóvenes compañeros militares —fallecidos en aquellos aviones—, víctimas y testigos de una historia que hoy seguimos transformando.
por: Rommel Contreras
Registrado Miliciano, reservista de la Clase 77.
Físico y electrónico, pero también Navegante y Bombardero.
Mi juramento a defender la Patria, está vigente 🙏🏽
*✈️ English Electric Canberra — Detalles Claves
viernes, 26 de septiembre de 2025
El Enigma de la Muerte de Antonio Ricaurte: Del Mito Heroico a la Cruda Realidad
La Narrativa Oficial (1814): Apenas tres días después de la batalla, Bolívar redactó un boletín de guerra donde glorificaba la muerte de Ricaurte. Según este documento, Ricaurte prendió fuego a la santabárbara y voló con ella, un acto de sacrificio que tenía un propósito claro: levantar la moral de las tropas patriotas en un momento de gran adversidad. Esta versión, creada en la inmediatez de la batalla, sirvió como una poderosa herramienta de propaganda.
La Narrativa del Diario (1828): Mucho tiempo después, un Bolívar supuestamente desencantado y amargado le confiesa a su edecán, Perú de la Croix, una historia muy diferente. En esta versión, la muerte de Ricaurte fue un accidente o una baja en combate ("murió de un balazo y un lanzazo"), y su cuerpo fue hallado por el propio Bolívar tendido boca abajo, con las espaldas quemadas por el sol y abandonado. Esta cruda anécdota desmantela el mito y presenta una muerte común en el contexto de la guerra, desprovista de cualquier heroísmo.
martes, 16 de septiembre de 2025
El látigo contra la cumanesa Leonor de la Guerra
«¡Que viva la Patria, que muera Morillo!»
Sacada por las calles montada en un burro enjalmado y recibir públicamente doscientos azotes por su insurgencia.
«¡Viva la Patria, mueran los tiranos!»
Que Aldama impuso el castigo de emplumar y sacar a la vergüenza a una señora por las calles de Cumaná.
«Cumaná: 12 de junio de 1816. He aquí el hecho bárbaro de que acabo de ser testigo. Una señora perteneciente a lo más respetable de las familias de Cumaná, por haber hablado contra el gobierno español y en pro del partido patriota, fue colocada sobre un asno y paseada por las calles, seguida de una guardia de diez soldados. En la esquina de cada cuadra y frente a las casas de los parientes más cercanos de la víctima recibía ésta cierto número de azotes sobre la espalda desnuda, disponiendo el mandato que debía llegar a doscientos el número de aquéllos. La pobre víctima que llevaba los ojos vendados soportaba tan inhumano tratamiento con admirable valor. Sus gritos me parecieron débiles, pero a pesar del pañuelo con el cual ella se cubría el rostro, pude ver las abundantes lágrimas que corrían por sus ojos. No presencié sino los primeros doce latigazos... Algunos de mis soldados que estaban a la orilla del mar, vieron ejecutar la sentencia por completo: mi sensibilidad había sido muy herida para que yo pudiera dejarme vencer por la curiosidad. Por informes particulares que tuve, dos días después, acerca de la suerte de la desgraciada, supe que ésta había rehusado toda especie de alimento y de asistencia médica, y días más tarde se me dijo que había muerto, y que su modestia y gran delicadeza le habían impedido sobrevivir al castigo con que habían querido humillarla.»
lunes, 15 de septiembre de 2025
viernes, 29 de agosto de 2025
martes, 26 de agosto de 2025
miércoles, 13 de agosto de 2025
Páez, prisionero en el Castillo de San Antonio de Cumaná
PD2: Tal día como hoy, el 13 de agosto de 1863, tras firmarse el Tratado de Coche que puso fin a la Guerra Federal, José Antonio Páez abandonó definitivamente Venezuela desde el puerto de La Guaira. Se exilió en Estados Unidos, estableciéndose en Nueva York, donde viviría hasta su muerte en 1873.


