martes, 2 de septiembre de 2014

GENERAL EN JEFE FRANCISCO DE ASÍS MEJÍA

(Como lo nombra  Alberto Sanabria) En esta fecha muere en Caracas, este formidable patriota.
El acucioso historiador y maestro Silverio González Varela, escribió un corto  perfil sobre él, dice: 
“Nació el General en Jefe Francisco Mejía, hijo natural de doña Concepción Mejía, de calidad distinguida, en 1798 en Marigüitar, en esa época parroquia foránea de Cumaná. Se crió y educó al arrimo de su tío presbítero don Francisco Mejía, cura entonces de dicha parroquia. Muy joven en 1813, incorporado como aspirante al ejército del General Santiago Mariño, asistió el 2 de agosto del mismo año, a la toma de la plaza de la ciudad de Cumaná, donde experimentó el 16 de octubre de 1814 en la Sabana del Salado la formidable derrota dada por Boves a Piar. En Juncal fue vencedor. Hallose en más de 36 combates y tres heridas recibió lidiando por la Independencia. Concurrió por Cumaná como Diputado Suplente, al Congreso Constituyente de Venezuela en 1830. Cultivó las letras, ocupó elevados cargos, obtuvo diploma de Libertador de Venezuela en 1819, el Busto del Libertador en 1827, el grado de General en Jefe en 1863 y el título de Ilustre Prócer en 1867. Anciano, pobre y digno murió en El Valle, parroquia foránea de Caracas en 1882, y sin débiles vacilaciones sostuvo en su larga existencia con cívica honradez, los luminosos principios de la bien entendida doctrina liberal. En 1902 publicamos en esta ciudad una noticia biográfica de este notable patriota.”
          EN 1997, ESCRIBÍ, POR ENCARGO DEL CORONEL CARLOS LUIS GRAU GIL, UN PRÓLOGO PARA SU BIOGRAFÍA, ESCRITA POR ILDEFONSO RIERA AGUINAGALDE. NUEVA EDICIÓN DEL MINISTERIO DE LA DEFENSA, QUE DICE:
          Hacer un prólogo para esta edición de la biografía o estudio histórico acerca de la personalidad del General en Jefe Francisco Mejía es una tarea comprometedora, primero porque las notas escritas sobre él, son escasas, y segundo porque hay mucho material que deberíamos estudiar y analizar, y, no lo tenemos en Cumaná; pero compromiso es compromiso, e intentaré, con lo que tengo en mi biblioteca, remontar este caudaloso río.
          Para tener una idea de este ciudadano esclarecido, debemos revisar y fundamentar cualquier juicio, en la obra y notas biográficas escritas por el relevante maestro cumanés Don Silverio González Varela, y tener muy en cuenta la biografía del héroe,  escrita sobre esa base, por  Ildefonso Riera Aginagalde
Dice don Silverio, que Francisco Mejía nació en Marigüitar, parroquia foránea de Cumaná, en el año de 1798, hijo natural de Concepción Mejía, y se educó bajo la protección de su tío materno el presbítero Francisco Mejía, el cual se esmeró para que su sobrino recibiera una buena educación, lo que se verá por los resultados. No se puede extrañar que este guerrero luego se dedicara al periodismo y escalara posiciones como la de Ministro de Guerra y Marina y ostentara el máximo grado militar de General en Jefe, y candidato a la Presidencia de la República.
Francisco Mejía acogió como modelo de su vida la recomendación que daba el Libertador: “Mi sentir es que, la libertad depende de las virtudes, de la moderación y del amor a la gloria del ciudadano que, por sus talentos y grandes acciones, adquiere la confianza de sus compatriotas y una grande influencia sobre ellos, si emplea estas ventajas solo en enseñarlos a ser libres,  dándoles el ejemplo del respeto y obediencia debida a las leyes, que aseguran los derechos de sus conciudadanos para que sean respetadas de todos”.
Aunque suene repetitivo incursionaré en detalles curriculares, que sé muy bien, luego encontraremos en los textos prologados, pero vistos de otra forma; veamos:  Mejía entra en acción bajo la égida de Mariño, pundonoroso militar, altivo en exceso, conductor de firme y decidido carácter, que lo lleva a rivalizar con el Libertador. Bajo el mando de este héroe leyendario, participa a los 15 años,  en el bloqueo y toma de Cumaná, en 1813. No hay noticias de su actuación en esa campaña, pero no ha debido ser ignorada, puesto que se queda prestado servicios a la causa en la zona de guerra hasta 1814, y es noticia al participar en la aciaga Batalla de la Sabana del Salado, cuando el General Manuel Piar, en inferioridad de condiciones,  enfrentó a aquel terrible  gladiador que fue el general español José Tomás Rodríguez Boves. Este titán victorioso acuchilló a más de dos mil cumaneses, ríos de sangre vertieron entonces los más inocentes, la Cartago de América, fue llamada nuestra ciudad, al paso del furioso Cesar, que se cebó en las mujeres y los niños, cuenta su propio Vicario, que enturbiaron las cristalinas aguas del Manzanares, y no podemos menos que intuir las pesadillas de aquel soldado superior ante el martirio de su pueblo; pero su coraje no decae, y enseguida, lo encontramos en persecución del Asturiano temible hasta Urica, su  tumba al fin,  del  émulo de Atila; y, continuó luego batallando al lado del invencible “Ayax” venezolano, aquel guerrero inmortal que fue el General en Jefe José Francisco Bermúdez.
Las derrotas de 1814 no hicieron mella en él, pasó a las guerrillas de los llanos de Maturín, en conocimiento de las hazañas de José Tadeo Monagas, Jesús Barreto Ramírez, y otros audaces lanceros, que se batieron en mil escaramuzas contra las partidas realistas que fueron a su encuentro;  y también participa en guerrillas en las intrincadas faldas y montañas del majestuoso Turimiquire, comandadas por el genio guerrero del Coronel Domingo Montes, a quien los españoles llamaban “El Diablo”, y decían que las balas no lo herían, y cuyas hazañas son cantadas por nuestros trovadores. De tal suerte, este guerrero adolecente se destaca en 1816, cuando  forma parte del Estado Mayor de Mariño, acantonado en Catuaro; y después, en 1818, es segundo del General Antonio José de Sucre, Jefe De Estado Mayor de la División de Oriente,  que comanda el General José Francisco Bermúdez, y asedian la Plaza de Cumaná.
Pero su encuentro definitivo con su destino y la historia, lo alcanza después de adquirir una férrea disciplina, tras duro y diario batallar, dándole el frente a la muerte bajo el hálito de la gloria, cuando el 30 de mayo de 1818, el émulo del formidable “Ayax”, el General José Francisco Bermúdez, lo llama para que ocupe el cargo de Secretario de su Estado Mayor, y desde entonces, lo acompaña en las más extraordinarias acciones de guerra, en importantes y peligrosas misiones y en todas las campañas del gran jefe oriental, que es lo mismo que decir que en la biografía de Bermúdez, escrita por él,  se pinta de cuerpo entero.   
          Para conocer el carácter irreductible de Mejía, mencionaremos un pasaje de su actuación contra Páez, cuando el llanero era jefe todopoderoso en tiempos de la Gran Colombia; por aquellos tiempos se murmuraba, se comentaba que algunos partidos intentaban poner una corona en la cabeza de Bolívar, e imponer  a Colombia la Constitución Boliviana, redactada por el Libertador, eran rumores, pero que produjeron mucho malestar y profundas divisiones en el mundo político y militar del Departamento de Venezuela. Todo ello, además de muchos desaciertos de Páez en el gobierno; entonces Mejía inicia una vigorosa campaña de prensa en Cumaná, contra aquel estado de cosas. Páez alarmado y engreído envía al General Francisco Carabaño, otro insigne Cumanés, para arrestar al general Mejía y llevarlo ante Páez en Caracas. Mejía, no acepta ir en calidad de prisionero, pero se trasladó bajo palabra, y se entrevistó con Páez, que le da explicaciones, Mejía  se da cuenta de la terrible situación por la que atraviesa la Gran Nación, obra cumbre del Libertador, que costó tantos años de sacrificio,  y no solo acepta a Páez, sino que también se incorpora al trabajo político de recuperar la confianza en el Libertador, y en la unión de la Gran Patria;  entonces se traslada a Margarita y Cumaná,  para trabajar en favor de concederle al Libertador por tiempo limitado,  el poder total y dictatorial de la Gran Colombia. Cumple al lado del General Bartolomé Salóm, su delicada misión con la dignidad que siempre observó y por la cual fue dignificado. No fue fácil la labor en esta zona oriental que aspiraba la separación del poder central, pero una vez más el egregio soldado supo cumplir con las obligaciones contraídas. 
          Mejía es Bermúdez redivivo. Después de la muerte del gran Jefe cariaqueño, asesinado en Cumaná en 1831, libera su alma y comienza a caminar con el vestido que se había confeccionado al lado del invencible Bermúdez. Llamado el “Ayax” de los Libertadores,  por otro cumanés,  J. A. Cova. Entonces Mejía era representante de la provincia de Cumaná en el Congreso Constituyente de 1830 y se estrena en el campo de las grandes biografías históricas. Este libro, cuyo prólogo me fue encomendado, lo eleva en ese otro campo de la cultura, la historiografía, y nos obliga a su estudio, sin él la pátina del tiempo lo hubiera borrado y perdido el rastro de aquel pulcro soldado que solo aspiró en la vida cumplir con su pueblo dentro de las limitaciones de la jerarquía militar.
J. A. Cova, se pregunta: “¿Dónde está ahora el Áyax oriental? Con su sable va abriendo brechas por las enmarañadas montañas del Tigre. Su esclavina hecha girones es un remedo del desastre que va dejando a sus espaldas.  Por los caños pantanosas de Güiria, en lucha abierta contra la naturaleza inclemente va a salir a las costas de Paria,  para desafiar de nuevo la adversidad  entre los muros humeantes de Cartagena de Indias. Troya de América, que nuevamente lo empuja al mar a pastorear las tormentas que va arrastrando su vida cual si fuera un personaje de Esquilo”.
Para conocer el alma de Francisco Mejía, oigámoslo llorar la muerte de Bermúdez: “Adonde está el héroe con quien deba compararte, invicto Bermúdez? Adonde? Quien sino Marte mismo podrá disputarte la intrepidez y el valor? ¡Oh memoria fatal! Tu bañas mis mejillas con copiosas lágrimas y el más intenso dolor embarga mis sentidos! ¡Oh Bermúdez infortunado! ¡Tú has muerto!  Tú reposas en la mansión eterna pero tú vivirás siempre en el corazón de tus compatriotas y de tus amigos. El mío alimentado con el sentimiento del más puro reconocimiento no te olvidará jamás. Sobre la fría losa en que yaces, allí lo juro secretamente”.

En 1835 el incansable soldado participa en la Revolución de las Reformas al lado de Santiago Mariño. Derrotado elije el exilio. Regresa a su Patria y otra vez va al Congreso representado a Cumaná; pero al poco tiempo vuelve a vestirse de soldado y acompaña como Jefe de Estado Mayor a su antiguo camarada de las guerrillas de 1814, el General en Jefe José Tadeo Monagas, y al triunfar se establece en Caracas en forma definitiva. Se dedica a escribir y es llamado para ejercer cargos importantes como el de Juez de Primera Instancia, Jefe de Estado Mayor y Ministro de Guerra y Marina. Luego de aquella magnífica hoja de servicios, en 1863, a los 66 años, después de rechazar la candidatura a la Presidencia de la Republica, lleno de merecimientos por sus servicios a La Patria, el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, le dio el grado de General en Jefe, grado este con el cual es reconocido por la historia. 

por: Hernán Muñoz Villafuerte

martes, 26 de agosto de 2014

Entierro en Cumaná del Capitán de Navío español Don José Guerrero


EL DÍA HISTÓRICO.
26-08-1820. Entierro en Cumaná del Capitán de Navío español Don José Guerrero”. Resalta en la historia colonial de Cumaná este formidable episodio de la guerra de independencia en nuestro mar; probablemente la batalla naval más historiada y notable en los mares de la provincia de Nueva Andalucía.      
El español comandaba el bergantín “Místico Hércules” con el cual se enfrentó al impertérrito cumanés Capitán de Navío Francisco Javier Gutiérrez, que comandaba la invicta flechera “Flor de Mayo”,  la flechera es una nave artillada, ligera, angosta  y alargada, con quilla de poco calado, propulsada por remos y velas, muy utilizada por los patriotas,  más por los portentosos guerreros que por el poder de sus armas.  
Éste  honorable y valiente cumanés, hijo de Don Francisco Javier Gutiérrez,  natural de las Islas Canarias, y la cumanesa doña Bárbara Guerra, ya era muy conocido por sus proezas.
Veamos algunas citas:
En 1817 Gutiérrez se había distinguido al lado del heroico margariteño Cap. de Nav. Antonio Díaz.
El  26 de enero, secundando al Cap. De Nav. Antonio Díaz, cuando la escuadra patriota cumpliendo órdenes del Libertador,   salió en auxilio de Barcelona,  de situarse en la boca del río Neverí, para impedir que los realistas desembarcaran artillería en apoyo del brigadier Pascual Real.
Entre el 12 de febrero y el 4 de marzo de ese año combatió contra la escuadrilla del capitán de Navío realista José María Chacón, y la Escuadrilla sutil realista, al mando del Comandante José Guerrero. En todos estos encuentros Gutiérrez demostró su patriotismo y valor.   
Debemos resaltar esta familia de valientes patriotas, de la cual  ninguno de sus vástagos quedó  con vida; todos sus hermanos murieron heroicamente en la guerra de Independencia, luchando por  la libertad de su patria.  
Pedro Elías Marcano nos  cuenta ésta batalla, dice:
“Don José Guerrero con un esquife y el falucho “Místico Hércules” ataca en Punta Gorda (Golfo de Santa Fe) a la flechera “Flor de Mayo” comandada por el coronel Gutiérrez. En la acción resulta gravemente herido Guerrero y la flechera republicana se lanza al abordaje para completar la victoria; pero, con tan mala suerte, que, desprendiéndose y rodándose su cañón, zozobró. Este conflicto favoreció al enemigo de tal manera que en la lucha murió Gutiérrez, con la mayor parte de sus soldados, huyendo el resto a la isla de Las Caracas, donde sepultaron el cadáver de su Jefe, entre tanto que las embarcaciones realistas regresaron a Cumaná con Guerrero que murió al llegar”.

El entierro del español fue celebrado con la pompa fúnebre acostumbrada, con asistencia de las autoridades y todas las jerarquías. Hubo funerales y misas y los juglares le cantaron sus endechas, en tanto, el mar lamia los restos abandonados del héroe cumanés, en las orillas silenciosas de las islas que tanto amo el guerrero heroico hijo pródigo de la Cumaná irredenta. De él no quedó ni un retrato, para mirarlo y llorar su destierro del corazón de su pueblo.

por: Ramón Badaracco
(Leído por el autor en la reunión de la Academia del 26/08/2014)


martes, 19 de agosto de 2014

1era Ordenanza sobre Aseo Urbano de la Gran Colombia, 1822

República de Colombia
Quito 19 de agosto de 1822-12º
ANTONIO SUCRE
GENERAL DE DIVISION, INTENDENTE DEL DEPARTAMENTO DE QUITO

Considerando que el desaseo en que se haya la Ciudad es una de las causas para las enfermedades que se experimentan, y observando que el deber de los vecinos de asear los frentes de sus casas ha sido olvidado con perjuicio de la salud pública, he dispuesto, mientras se arregle un plan general de policía que se observe lo siguiente:
1º. En la presente semana serán barridas y aseadas las calles, plazas y demás lugares de la Ciudad, y sus Barrios, de manera que el sábado se hayen perfectamente limpias; lo cual lo verificarán los amos de las casas por lo que respecta al 
frente de ellas y la parte de acequia que le corresponde.
2º. Las plazas serán limpias por los Prelados o Curas de los Conventos, o Parroquias a que pertenecen, y serán responsables de hacerlo así.
3º. Los que en contravención a los artículos anteriores, dejasen de asear su frente según lo mandado, pagarán por la primera vez una multa del valor doble a lo que costare hacerlo, de la cual se aplicará, la mitad al trabajo de asear su parte de Calle y, la cuarta parte a los encargados de la policía, y la otra cuarta al Hospicio. Después pagarán un triple, de que se hará la misma aplicación, dejando el exceso al fondo de la policía.
4º. En las casas de dos pisos se pagará la multa entre los que viven en ambos, y en las Casas inhabitadas, los dueños de ellas. Los que no puedan pagar la multa, se destinarán a limpiar los lugares públicos de la Ciudad, en la semana en que hayan faltado.
5º. Nadie podrá a pretexto de la limpieza, echar en las acequias cosa alguna que las empuerque o dañe, porque será sujeto a la pena del artículo anterior
6º. Los miércoles y los sábados se barrerán todas las Calles y Plazas e incurrirán en las penas expresadas los que no lo hicieren.
7º. Las Patrullas, Rondas y Rondines, se arrestarán en el Principal a toda persona que encontraren por la noche ensuciando las Calles o Plazas: y serán también condenadas a la pena del Artículo Cuarto.
8º. A pretexto de la limpieza, ni por ningún motivo, podrán tomarse a los indios por los vecinos, ni por la tropa, sino ajustándose con ellos, y pagándoles legalmente su trabajo. Los contraventores serán castigados discrecionalmente. Si alguno en el día ensuciase alguna Calle con basura el dueño de la Casa a que corresponde, podrá obligarlo a limpiarla.
9º. El Gobierno señalará jueces que conozcan en la observancia de esta disposición, sometiendo siempre los culpables a la Justicia Ordinaria.
10º. Tratando el Gobierno de poner agua corriente en todas las Fuentes o Pilas públicas, invita los rematadores que quieran hacerse cargo de este trabajo, o los Ciudadanos que desenado prestar al público este servicio se encarguen en sus respectivos Barrios de hacerlo lo más breve.


Publíquese y Fíjese- Dado y Firmado


Antonio José de Sucre
El secretario de la Intendencia
Eusebio Borrero G.

Doy Fe que en cumplimiento del superior acuerdo y merecido, lo hice publicar en forma de bando por las calles públicas de la ciudad, con la escolta de tropa necesaria a son de casa y por medio del pregonero público Clemente Cárdenas. A quien pongo por diligencia en junio diez y nueve de agosto de mil ochocientos veinte y dos. Duodécimo.

Juan Antonio Ribadeneyra


Colaboración: Prof. Celestino Flores


sábado, 11 de enero de 2014

BICENTENARIO DE LA FIRMA DEL ACTA DE CHACACHACARE E INICIO DE LA CAMPAÑA DE ORIENTE

 DISCURSO DE ORDEN por el Prof. MSc. Hernán Muñóz



   Este solemne acto de la Cámara Municipal del Municipio Sucre del estado Sucre, tiene por objeto conmemorar un hecho histórico trascendental en la historia no solo de esta entidad federal, sino también de Venezuela y por que no señalarlo, de la Historia de esta Patria Grande que es América, debido a que varios de los que suscribieron este documento participaron en la liberación de Venezuela y también de cinco naciones hermanas de este continente.


   Para entender las razones que llevaron a estos hombres a dar tan significativo paso, es necesario remontarnos a la época que originó la crisis del orden colonial impuesto por el imperio español.


   Los conquistadores impusieron a sangre y fuego un sistema político, económico y social que perduró trescientos años y que incluso algunos rasgos aún perduran. Su común denominador fue la exclusión.


   En lo político se diseñó una administración que solo admitía en sus cargos principales a los ciudadanos españoles, esto ocurría también en lo militar y religioso.


   La sociedad se dividió en castas cerradas donde lo prioritario no solo era la riqueza expresada principalmente en la tenencia de tierras originando el latifundio sino también en  las características étnicas, siendo despreciados los mestizos, indios y los esclavos traídos de África.


   Esta estructura comienza lentamente a tener fisuras, porque con el tiempo se fue generando problemas que al acumularse iban a provocar la explosión que ocurrió el año 1810.


   Dos características principales van a preparar el terreno para la disidencia con España.


   Una será el modelo económico basado en la economía capitalista que ya se estaba desarrollando en Europa, caracterizada por el mercantilismo, el cual generó la división del trabajo internacional, situación que hasta hoy está presente.


   La metrópoli nos impuso la condición de ser exclusivamente productores de materias primas y consumidores de manufacturas por ella producida. Nos “especializamos” en exportar productos originarios de América como el cacao, el tabaco, el añil, maderas, y  vegetales que se trajeron de otras regiones del mundo que se adaptaron a los climas y suelos de estas colonias como la caña de azúcar y el café principalmente.


   Pero el negocio era o es mayor aún porque la metrópoli determinaba que por  estas exportaciones se  pagaran bajos precios, mientras sus manufacturas eran sumamente costosas y para  hacerlo más injusto, se determino el monopolio comercial debiendo los colonos sólo vender y comprar a España. Hoy los economistas llaman a esto “los términos de intercambio desigual”. Pensemos quien determina el precio del petróleo para darnos cuenta de esta situación. 


   Esto necesariamente fue provocando descontento entre la propia clase oligárquica que comprobaba lo injusto de esta situación que golpeaba sus intereses económicos. Estos hechos dieron origen al contrabando y fue así como nuestra región comenzó a tener un comercio ilícito con potencias extranjeras rivales de España. En efecto barcos de Inglaterra y Francia especialmente llegaban a lugares como La Esmeralda, Saucedo, o  penetraban por los ríos San Juan o Guarapiche llegando incluso hasta el valle de San Bonifacio en el Actual Municipio Ribero. Se dio origen a un activo comercio que permitió a los hacendados vender a precios mejores sus productos y comprar artículos más baratos e incluso de mejor calidad.


   Pero no todo era comercio, había un hecho político, esos barcos traían libros y periódicos, prohibidos por las autoridades, los que informaban de lo que estaba ocurriendo en los últimos años del siglo XVIII y primeros años del XIX. 


   Se comenzaron a conocer las ideas del Iluminismo, los hechos acaecidos en las colonias inglesas de América del Norte que se habían sublevado, proclamándose independientes. También de la eclosión provocada por la Revolución Francesa. Por esa razón hay historiadores que llaman a esas naves, los “barcos de la Ilustración. 


   De allí que cuando Alejandro Von Humboldt recorre esta parte oriental de Venezuela y visita, venciendo grandes dificultades por lo agreste del terreno y el pésimo estado de la huella caminera que lo lleva a San Felipe de Austria de Cariaco, un pueblo tan aislado y lejano del centro, se sorprende al conversar con algunos de sus habitantes que le hablaron de la Revolución Norteamericana, de los pensadores de Europa y de ideas tan contrarias al reinado español.


   Las condiciones ya estaban dadas para iniciar cambios en estas sociedades, porque ya había discusiones ideológicas, que harán posible que el orden colonial se derrumbe.


   Todos conocemos los diversos conatos que se registran en diversas partes del territorio, sublevaciones de esclavos, de los agricultores comuneros, la llegada de ese conspirador nato que era Don Francisco de Miranda, la conspiración de Gual y España, en fin lo que faltaba era la “chispa que incendiara la pradera” como expresó el Gran Timonel Mao Tsé Tung y esa chispa la produjo la propia realeza corrupta de España al ser sumisos ante Napoleón Bonaparte y permitir la ocupación de su territorio.


   Se produce el 19 de Abril de 1810 en Caracas, y caso insólito el representante del Rey es destituido y surge el primer gobierno criollo en la forma de una Junta la que envía emisarios al interior, en el caso de Cumaná, los comisionados llegan el día 26 de abril y al otro día es destituido el Gobernador por el Ayuntamiento cumanés que organiza como su homóloga de Caracas una Junta Conservadora de los Derechos del Rey.  Rápidamente se nombran autoridades, se permite la salida del ex Gobernador Tomás Escudero y su ayudante José Joaquín Maroto, con sus respectivas familias, rumbo a Jamaica y España respectivamente.


   Los pueblos de la provincia se pronunciaron en apoyo a esta decisión.


   Sin embargo, como ocurre casi siempre, estos cambios provocan divisiones, rencores, disidencias, porque son complejos los intereses y sentimientos de la gente. Fue así como pronto surgen las conspiraciones que pretendían evitar estos cambios, se descubre la acción contrarrevolucionaria de ciudadanos de origen canario y catalán, a los que se sumaron criollos desafectos a la causa independentista, quienes toman el castillo de San Antonio y la Casa fuerte de la Boca del Río. En la noche del 5 de marzo de 1810 son denunciados y las autoridades criollas con gran eficacia dominaron este conato de insurrección y sus cabecillas castigados. En estos acontecimientos destacó Don Vicente de Sucre, para ese momento Comandante Militar de la ciudad, de esta forma ya comienzan a registrarse personajes que van escribir sus nombres en las páginas de la Historia Patria.


   En Caracas se constituye el Primer Congreso Nacional al cual acuden como representantes de la Provincia de Cumaná, los diputados Mariano de la Cova, Francisco Javier Mayz, Juan Bermúdez de Castro y José Gabriel Alcalá, quienes estamparon su firma en el documento emanado de ese Congreso, declarando la independencia de Venezuela.


   En la ciudad de Coro se va a iniciar el proceso que culmina con la caída de la Primera República. Allí el Gobernador José Ceballos desconoce al gobierno central y nombra a Domingo Monteverde para iniciar acciones militares contra los patriotas.


   Este oficial español con gran habilidad va a encauzar el descontento de la población, por la anarquía que se estaba generalizando, la grave situación económica y el fanatismo religioso impulsado por los sacerdotes católicos que mayoritariamente eran enemigos de los patriotas por ser fieles al rey y la creencia de la divinidad de esos personajes según sostenía la alta clerecía. A esto se agregó el terrible terremoto que destruyó la capital y numerosos pueblos del occidente, ocurrido el 26 de marzo de 1812por coincidencia un Jueves Santo,  fenómeno aprovechado por los frailes para infundir miedo y afirmar que era castigo de Dios por haber cometido la herejía de cuestionar el poder real.

   

   Lo que había ocurrido en nuestra ciudad meses antes se repite en Guayana, pero esta vez los partidarios de la corona tenían más fuerza militar. Para sofocar esta acción el Gobierno central ordena la expedición punitiva, por fuerzas terrestres desde Barcelona y marítima de Cumaná. Esta confrontación termina en derrota para las fuerzas patriotas en el Combate de Sorondo el 25 de marzo de 1812 y luego al otro día en Angostura. En estos acontecimientos ya aparecen nombres de personajes que tendrán activa participación en el hecho que recordamos: el joven capitán Santiago Mariño y José Bideau. 


    De lo anterior recordemos que el bisoño ejército patriota, mal armado, sin experiencia, sufrió amargas derrotas, dando origen al desaliento entre las fuerzas republicanas, a esto se sumó las sublevaciones de esclavos de Barlovento, que provocaron el terror entre muchos de los dirigentes de la revolución, casi todos ellos miembros de la clase terrateniente esclavista. Estos hechos condujeron al Generalísimo Francisco de Miranda a capitular ante el jefe realista Domingo Monteverde.


   Con esto termina la Primera República. Monteverde desconoce los acuerdos firmados, inicia una feroz represión siendo el propio Miranda víctima de esta traición al ser deportado a España, para ser encarcelado hasta el fin de sus días.


   Paralelo a esto, la Provincia de Barcelona se había sublevado teniendo como cabecilla a Francisco Tomás Morales. El gobierno de Cumaná organiza una nutrida expedición marítima militar comandada por Don Vicente de Sucre y Urbaneja, integrada por entusiasta jóvenes patriotas como sus hijos Pedro, Francisco y Antonio José y el  cariaqueño José Francisco Bermúdez.


   Los expedicionarios desembarcan en Píritu, pero allí les llega la noticia de la capitulación de Miranda, debiendo retornar.


   Poco después las autoridades cumanesas decidieron aceptar la capitulación mientras en todos los pueblos de la provincia se proclamaba la lealtad al rey.


   Monteverde nombró Gobernador de Cumaná a Emeterio Ureña, el cual demostró ser un hombre benigno que no persiguió a los patriotas. 


Actitud que fue repudiada por los españoles y criollos enemigos de la República, quienes presionaban para perseguir a los que se habían atrevido a manifestarse contrarios al imperio.


   Muchos patriotas no creyeron en las actitudes benevolentes del representante de Caracas y se retiraron a los montes o tomaron el camino del exilio.


   Pronto el Gobernador Ureña fue destituido por Monteverde y reemplazado por Francisco Javier Cervériz con el cargo de Comisionado Especial y con instrucciones de apresar a los patriotas quienes fueron remitidos a las Bóvedas de La Guaira. Decenas de cumaneses fueron apresados entre ellos Don Vicente de Sucre.


   El Oriente pasa a ser controlado por: Francisco Cervériz y Eusebio Antoñanzas en Cumaná, Fernández de la Hoz en Barcelona, Antonio Zuazola en Maturín y Pascual Martínez en Margarita.


   Los patriotas exiliados en Trinidad y otras islas caribeñas comienzan a tomar contacto entre ellos y deciden trasladarse al islote de Chacachacare bajo jurisdicción inglesa y donde Doña Concepción Mariño de Sanda, hermana de Santiago Mariño tenía una hacienda. Ella será la anfitriona y allí un puñado de patriotas firma el “ACTA DE CHACACHACARE”, documento donde señalan la perfidia y traición de Monteverde al violar los acuerdos de la Capitulación firmada por Miranda, y se comprometen a iniciar la liberación de Venezuela. Termina el acta expresando:” Mutuamente nos empeñamos nuestra palabra de caballeros de vencer o morir en tan gloriosa empresa, y de este compromiso ponemos a Dios y a nuestras espadas por testigos. Nombramos Jefe Supremo, con plenitud de facultades, al coronel Santiago Mariño. Chacachacare, 11de enero de1813.


   El Presidente de la Junta, Santiago Mariño. El Secretario Francisco Azcue, El Secretario José Francisco Bermúdez. El Secretario Manuel Piar. El Secretario Manuel Valdés


   El 12 de enero desembarcan cerca de Guiria, en la hacienda “La Caranta” serán 45 héroes que darán inicio a la gloriosa Campaña de Oriente de 1813 al atacar y tomar el puerto de Guiria, derrotando al realista Juan Gavazo que al frente de 300 soldados fue incapaz de frenar el ímpetu libertario de los 45 hombres comandados por Mariño y armados solo con seis fusiles y armas blancas.


   Larga es la lista de enfrentamientos armados entre los cumaneses y los realistas en la antigua Provincia de Cumaná, según  el recordado historiador Arquímedes Román, se registraron 56 combates desde la invasión de Chacachacare  el 13 de enero de 1813,  al 16 de octubre de 1821 fecha en la cual el General José Francisco Bermúdez liberó para siempre a Cumaná del yugo español.


   Destacan la toma de Irapa, lugar donde José Francisco Bermùdez derrota al Capitàn Francisco Javier Cervèriz.


   18 al 20 de marzo de 1813, Manuel Piar y Bernardo Bermùdez ocupan Maturìn luego de derrotar a Lorenzo Fernàndez de la Hoz.


   En esta ocasión hubo divergencias entre ambos jefes patriotas y Bernardo Bermùdez retorna a Paria, pero es apresado por los realistas que lo llevan a Yaguaraparo, población bajo la bota del cruel Cervèriz que hace que le disparen, pero a pesar de recibir cuatro tiros, queda mal herido, aparentemente se le perdona la vida, sin embargo al tenerse noticias del avance de los patriotas es asesinado, provocando la ira de su hermano Josè Francisco que al entrar a este y otros pueblos ejecutò a los partidarios de la causa realista.


   El 4 de agosto de 1813 mariño intenta tomar Cumanà pero es rechazado, por Eugenio Antoñanzas.


   29 de septiembre de 1814, el coronel Carlos Piar es derrotado en La Quebrada de los Frailes.


   16 de octubre de 1814, el sanguinario Tomàs Boves que perseguía a los emigrados de Caracas, toma Cumanà después de ganar la batalla de El Salado, en las afueras de la ciudad.


   15 de febrero de 1815 los realistas desplazan a Josè Francisco Bermùdez del pueblo de Soro, el cual fue incendiado en represalia por ser sus habitantes patriotas.


   1º de junio de 1816, en Carùpano los patriotas comandados por Simòn Bolìvar, Carlos Manuel Piar y Santiago Mariño, derrotan al español Andrès Martìnez de Pinillos.


   3 de junio de 1816 Simòn Bolìvar gana un combate contra el Gobernador de la Provincia Tomàs de Cirès.


   10 de junio de 1816 el realista Josè de Canterac toma Cariaco defendida por Mariño. Allì fue detenido y fusilado Francisco Sucre Alcalà, hermano del futuro Gran Mariscal.


   18 de agosto de 1816, el General Pablo Morillo, ordena incendiar los pueblos de Cumanacoa, San Lorenzo, San Fernando, Aricagua y Arenas, en represalia por el apoyo que sus habitantes prestaban al Coronel Domingo Montes.


   30 de mayo de 1818, en Puerto de la Madera, en las afueras de Cumanà, los patriotas dirigidos por Josè Francisco Bermùdez, Antonio Josè de Sucre y Manuel Isava, son derrotados por Tomàs de Cirès.


   Por último el 16 de octubre de 1821, las fuerzas patriotas conducidas por Josè Francisco Bermùdez derrotan al Gobernador Josè Caturla liberando la ciudad para siempre.


   La participación cumanesa tienen en Josè Francisco Bermùdez y Antonio Josè de Sucre, la màxima expresión de valentía y sagacidad como estrategas.


   Bermùdez dirige la llamada “Distracciòn de Caracas” que impidió que las fuerzas realistas se unieran lo que hizo posible la heroica batalla de Carabobo y Antonio Josè de Sucre, apoyado en su espada invencible llevò la libertad a los pueblos del sur de Amèrica coronando su carrera militar con Pichincha y Ayacucho y finalmente remontando la escarpada sierra andina abrió las compuertas de la libertad de la Repùblica que èl creo, Bolivia, la hija predilecta de El Libertador


   No podemos dejar de señalar la participación heroica de la mujer, esta es una deuda que recién comienza a ser compensada, hasta hace poco la historia la hicieron los hombres para los hombres, nunca se destacaba la participación femenina en la gesta de independencia, sin embargo se sabe que fueron centenares las mujeres que seguían al los ejércitos patriotas, eran las “JUANAS”, como las llamaban los soldados, eran esposas y novias, que acompañaron a los hombres en las largas y fatigosas marchas militares, ellas cuidaban a los heridos, atendían a los soldados haciendo posible menos difícil la existencia, hay que profundizar al respecto, solo se conocen algunos nombres, por ejemplo cuando una División del Ejército de Oriente de 500 soldados marchaba a unirse al Ejército de Occidente, que había realizado la Campaña  Admirable, ocurrió el envenenamiento de todo ese cuerpo por haber comido por accidente yuca amarga, fueron curados por el médico Vicente San Pedro y una  mujer parda de nacionalidad holandesa, llamada Mariana que iba con ellos, logrando recuperarlos y sólo se lamentó la muerte de un hombre.


   Mencionaremos a algunas cumanesas que dieron su vida por la causa independentista.


   Luisa de Arambide, madre de varios patriotas integrantes del ejército, cuando Cumaná fue ocupada por   Zuazola, se atrevió a reclamar la barbarie impuesta por este realista que cortaba las orejas a los patriotas y luego las ponía como adorno en las puertas. Su coraje le costo la vida al ser muerta a sablazos en la plaza de Cumaná.


   María Cumbale, natural de Guiria de la Costa, era esclava de Doña Concepción Mariño y fue enviada junto a otros esclavos para apoyar al General Mariño, fue integrante de la famosa Barería de Mujeres” que dirigía Juana La Avanzadora en Maturín.


   Las hermanas María Petronila y María del Rosario Espín: María del Rosario y Luisa Ortiz, detenidas y azotadas a latigazos en la plaza pública por servir de correo a los patriotas.


   Mariquita Figuera de 80 años fue azotada y decapitada por ser partidaria de la independencia.


   Leonor de Frontaura cumanesa que cae combatiendo en el barrio San francisco el 17 de octubre de 1814.


   Al  terminar tengamos siempre presente a estos héroes y heroínas que dieron su vida para hacer de la Provincia de Cumanà y de Venezuela, una patria de hombres y mujeres libres.


   Gloria eterna a los héroes de Chacachacare.


   Gracias por su atención.


Prof. MSc. Hernán Muñóz

PROFESOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE NÚCLEO DE SUCRE Y DEL POST GRADO DE GEOHISTORIA DE LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR.