Cuando Lope de Aguirre aterrorizaba a los habitantes de la isla de Margarita y se asomaba en el horizonte de la provincia de Venezuela, Juan Rodríguez Suárez
[i] el fundador de Mérida, se hallaba en el valle de San Francisco (así llamado por él) en la dinámica de conquista y sometimiento del territorio que hoy ocupa la metrópolis capitalina de Venezuela (Caracas); cooperaba y continuaba las diligencias que al respecto había adelantado el mestizo margariteño Francisco Fajardo.
En 1558 parte hacia la Sierra Nevada, comisionado por el capitán Velásquez de Velasco, con el objeto de buscar minas de oro y plata, lo que lo lleva a las riveras de la laguna de Urao, asiento original donde funda la ciudad Mérida. Se le acusó de haberse extendido en su comisión y fundar sin autorización dicha ciudad.
Habiéndose Suárez fugado de Bogotá, Diego García de Paredes y el gobernador Pablo Collado, le dan protección, y se negaron a entregarlo al enviado juez capitán Alonso de Esperanza; alegando que los papeles de la Audiencia de Nueva Granada, no tenían ningún valor en la gobernación de Venezuela. Este acontecimiento luego será una institución latinoamericana; viene a ser el primer asilo político de nuestra historia. Es anecdótica, la negativa de los oficiales de Paredes, que evitaron el compromiso formal de leer la orden de arresto emitida por la Audiencia de Santa Fe (hoy
Colombia), alegando saber leer «
nada más el Ave María»
[ii].
Rodríguez Suárez, era natural de Mérida (Extremadura, España), cuando acude a enfrentar a Aguirre y sus marañones…, acude también a ayudar a su paisano extremeño García de Paredes; profundamente agradecido por el apoyo y la protección que éste le proporcionó, cuando el juicio, persecución y condena a muerte que le instruyeron los jueces de la Audiencia en
Santa Fe de Bogotá.
El «Caballero de la Capa Roja» salvado por la firmeza, autonomía, afecto y gallardía de su coterráneo García Paredes, se convierte en su Teniente de Gobernador de Trujillo. En el Tocuyo conoce al gobernador de la provincia de Venezuela Pablo Collado, que enterado de la experiencia y valentía de Rodríguez Suárez le da comisión para combatir a «los caracas, reemplazando así al recién llegado y derrotado capitán Pedro Miranda. Suárez, parte con 35 hombres a enfrentar a Paramaconi, Tiuna, Terepaima; y otros caciques confederados bajo la autoridad de Guaicaipuro. Enterado de los acontecimientos y logros alcanzados por el mestizo Francisco Fajardo, es sacudido por el rompimiento de la tregua establecida entre indígenas y españoles (debido al ataque nativo contra las minas de oro descubiertas en los Teques por el mestizo margariteño Fajardo); muchos perdieron la vida, entre ellos tres hijos jóvenes de Rodríguez Suárez.
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Mapa de Venezuela (MP-Venezuela, 3). manuscrito a pluma, posterior a 1552; año de la fundación de Barquisimeto (en letras negras toponimia del autor ). |
En el sitio del antiguo hato de Fajardo, que había encontrado reducido a cenizas y ruinas con los animales atravesados por flechas (obra y costumbre de Paramaconi contra los invasores conquistadores), funda el primero de agosto de 1561 la villa de San Francisco: «… para que viese todo el mundo su voluntad de permanecer para siempre»; repartió la tierra (que no le era propia) entre los vecinos (que no eran propios del lugar) y nombró alcalde y regidores, todo ello en el mismo sitio donde luego Diego de Lozada, fundará en 1567 a Santiago de León de Caracas.
Rodríguez Suárez, había recorrido las tierras de Omán (Argelia), Sicilia (Italia), Inglaterra e Irlanda, entrando a América por Cartagena de Indias en 1536. Su derrotero lo hace participar en numerosas contiendas y expediciones en el seno territorial de Nuevo Reino de Granada, sirve con Gonzalo Jiménez de Quezada; pero no lo acompaña cuando la fundación de Santa Fe de Bogotá. Junto con Pedro de Ursúa (el expedicionario marañón) y Otún Velásquez fundan Pamplona en 1549, fue Alcalde de las Minas del Río de Oro; desempeñó varios cargos civiles y militares.
Cuando Juan Rodríguez Suárez en compañía de pocos hombres, parte desde la villa de San Francisco en búsqueda de Lope de Aguirre, era un aventajado y experto militar, lo que no le valió para enfrentar el dúo Paramaconi–Guaicaipuro, luego de dos días hambre y sed, cercados y refugiados en un peñón de la Loma de Terepaima
[iii] en las montañas de La Lagunetas, alcanza la muerte dejando tras de sí una gesta bañada de sangre, de conquista y descubrimiento; que se extendía desde el valle de los Caracas, hasta más allá de la altiplanicie de Bogotá.
Contra la coalición comandada por el gran héroe autóctono Guaicaipuro, ya se habían estrellados los capitanes Francisco Fajardo, Pedro Miranda, Juan Rodríguez Suárez, y el propio gobernador Pablo Collado. La recién frustrada invasión de Lope de Aguirre que había jurado desbaratar la naciente provincia venezolana, aunada a la coalición indígena, era una amenaza a la existencia y tranquilidad de los pueblos españoles del seno de la provincia de Venezuela (MP-Ven.,3). Desde San Francisco, el también autóctono Fajardo, solicita
«cuanto antes socorrerlo con la gente que pudiese» (Oviedo y baño, 1824, pág. 360), el gobernador Pablo Collado «aprovecha» esa situación de vulnerabilidad para organizar una expedición de castigo. Alista un centenar de hombres para enviar socorro a Fajardo, la mayoría de ellos marañones desparramados por los pueblos de la provincia; amparados por los perdones otorgados por Diego García de Paredes y el mismo Collado. Para capitanear esa expedición, Collado pretende al Maestre de Campo Diego García Paredes, quien no acepta alegando su regreso a Castilla
[iv], motivo por el cual fue comisionado para dirigir el socorro, el aventajado capitán Luis de Narváez.
Epítafio: «El procedimiento tenía diversos refinamientos; los indios eran quemados bien atados a un tronco, pendiente de una horca o enterrados hasta el cuello. En esta última modalidad, una pira circular iba chamuscando pelo, cejas, orejas y ojos, hasta que el fuego inspirado como gas incandescente quemaba las entrañas causando la muerte. Juan Rodríguez Suarez quemó indios en el valle de Zorca (hoy San Cristóbal)» [Montenegro, J.].
Excelente artículo Rommel ¡Felicitaciones!
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