jueves, 16 de octubre de 2014

EL 16 DE OCTUBRE DE CUMANÁ

(Discurso pronunciado por el Lcdo. Rommel José Contreras Gaspar, el día 16 de octubre de 2014 en El Salado (Escuela Marco Antonio Saluzzo). Homenaje que rinde la Academia de la Geo-Historia del Estado Sucre  a sus héroes en la Ciudad de Cumaná.)


Este es un acto para recordar amargos y gloriosos hechos, sucesos acaecidos sobre esta tierra, en estos espacios. Se lo debemos a los que nos antecedieron y ofertaron sus sacrificios y vidas para levantarnos como República y conformarnos como Nación. A ellos dedico estas palabras con el compromiso de que otros (ustedes niños y jóvenes) continuarán recordando sus luchas, batallas y victorias.


MP-VENEZUELA,72Este lugar donde nos agrupamos, fue antiguamente la plaza pública de la  misión de Nuestra Señora de Altagracia. Un pueblo construido para alojar a los indios recogidos en el monte y en la playa, de acuerdo a las instrucciones iniciales del rey Felipe IV para que fuesen dotados de capellán “… los guaiqueríes e indios privilegiados y brasiles residentes en Cumaná”. Instrucción que Fr. Damián López de Haro (obispo de Puerto Rico) ordena cumplir cuando su visita en 1648[i].

Este suelo, antes fue atravesado por caños y pequeños arbustos; suelo de color ocre, inundable y con manchones de sal, hoy es centro de instrucción escolar, bordeado de sectores donde aun habitan los descendientes de sus antiguos pobladores guaiqueríes; aunque Altagracia fue reconstruido en lo que ahora es la Plaza Bermúdez; El Salado fue su origen[ii]. Estos elementos; hombres y naturaleza son protagonistas de lo que vamos a recordar.

Para hablar de los sucesos acaecidos aquí y en los alrededores, exactamente un día como hoy 16 de octubre, hay que serenarse para no «sobrecogerse de dolor y espanto»[iii]. Este suelo debe ser libro abierto que nos recuerde los peligros de la guerra civil, de la guerra fratricida, de los extremos irreconciliables, del uso del terror como elemento de presión social y de lo monstruoso del aniquilamiento selectivo y sistemático de seres humanos.

En el funesto año 1814, la Revuelta Popular que inició un bodeguero en el llano venezolano: ya era guerra civil al llegar a las sabanas de El Salado, Boves teniente Coronel y sus seguidores… un formidable ejército popular. La principal orden del comando de esa tropa relativa a la conducta en el oriente de Venezuela; no fue muy distinta de las ejecutadas en Caracas y otros puntos de la geografía nacional; se resume en una orden sucinta dirigida al gobernador interino de la Ciudad de Cumaná:

 “Cuantos patriotas caigan en sus manos sin más examen ni aviso los pasará pr. las armas, haciéndolo a Vmd.[iv] responsable de su cumplimiento[v].
Tte. Cnel. José Tomás Boves

Boves fue el causante de la gran emigración al Oriente, 20000 almas abandonan Caracas con destino a Barcelona: veinte y tres días de intrincado camino, asediados por mar y por tierra. Este río de gentes dirigidas personalmente por el Libertador Simón Bolívar, a finales de agosto, el día 25, llegan en busca de refugio a Cumaná. Recibimos una emigración agigantada; por cuatro días la ciudad se turba en la anarquía, el día 29 fue ocupada por una vanguardia de Boves.

Hasta que aparece en nuestro horizonte, procedente de Margarita y pasando por Cariaco, el invicto Manuel Carlos María Francisco Piar Gómez; el General viene con un ejército de orientales. Acude por su cuenta a la defensa de Cumaná y de su gente; la ocupa el 19 de septiembre, poniendo en fuga hacia Barcelona la avanzada de la tropa de Boves. La presencia del ejército patriota comandado por Piar en Cumaná, desvía a Boves de su intención original de atacar a Maturín y personalmente acude con un grueso de su ejército a reducir a la ciudad; como lo hizo.

Navarrete / 1817Hace exactamente 200 años, el ejército de Boves que acampaba desde el día anterior en los Bordones, entra a los predios de Cumaná: la sabana de El Salado. Inútil fueron los esfuerzos del valeroso General Piar para contener aquella arrolladora fuerza popular. Pero gloriosa fue su única derrota, ya que permitió a muchos abandonar la ciudad.

Boves inicia la masacre de los inmigrados y de los vecinos de Cumaná; su capellán (Llamozas) declara el cúmulo de sus desmanes:

“Dio Boves orden a la tropa para que entrara en la ciudad y matase cuantos hombres se encontraban, como así lo ejecutó. Después de estar aquella reducida, entrando varios a caballo dentro de la iglesia parroquial, buscando a los que en ella se habían refugiado para matarlos…” [vi].

Por respeto de la inocencia de los niños y jóvenes que nos acompañan, que deben «por ahora» quedar ajenos a estas vilezas de nuestras historia: no describiré el cúmulo de crímenes ejecutados sobre los cumaneses y los refugiados emigrados de Caracas y Barcelona. Fueron crímenes horrendos los cometidos por aquella tropa abanderada realista; compuesta de hombres que en su muy gran mayoría eran también venezolanos. Pero muchachos: maduros ya en su temple y en su formación será necesario que regresen a estos sucesos y los estudien en detalle, para que entendidos en ellos cuiden de que nunca se repitan.  Sin embargo citaré un pasaje tomado de Juan Uslar Pietri que bien describe el fondo de aquella Rebelión Popular de 1814:

“Al salir de Cumaná, Boves ordenó que se aumentara su ejército con los hombres de los pueblos vecinos… Boves pasó revista. Terminada ésta ordenó que todos los voluntarios o reclutas que fueran blancos aunque fuesen realistas: «Los hizo morir a todos en el campo por la noche»”[vii]

Por las acciones anteriores a las de Cumaná, el rey asciende a Boves a Coronel; grado que no disfrutó (y que no le hubiere gustado), muere por un justiciero lanzazo patriota, ese mismo año, el 1ro de diciembre en Urica. Su rebelión deja una nación ensangrentada: dice Llamozas, «A consecuencia de este sistema han desaparecido los blancos. En Cumaná solo han quedado 5 o 8 del país [vivos]...»[viii]; y más de 2000 cadáveres de cumaneses.

Nuestro defensor del año 14, el General Piar, héroe de la batalla de San Félix y de tantas otras: en 1817 pretende comandar las operaciones en Oriente. Pretende comandar las operaciones en un territorio por el cual había luchado una buena parte de su vida. Por ello se le acusa de entorpecer las acciones emanadas por el ahora Jefe Supremo Simón Bolívar, se le acusa de querer establecer un nuevo gobierno y de sembrar desconfianza y rivalidad entre las gentes de color, de abandonar el ejército para reclutar gente en la provincia de Cumaná con intenciones de formar un ejército propio, se le acusa de sedición; partes de esas acusaciones o sombras de ellas también se extienden a otro de nuestros grandes, el General Mariño (El Libertador del Oriente de Venezuela):

“En una Junta de Generales y Jefes fue reconocida de nuevo la autoridad del jefe Supremo «el Libertador Simón Bolívar», quien mandó traer preso a Piar con el General Cedeño, y puesto en Consejo de Guerra, fue condenado como sedicioso y desertor, y ejecutado el 16 de octubre en la misma plaza en que entró triunfante pocos meses ante «en Angostura, actual Ciudad Bolívar»” (Francisco Javier Yanes)[ix].

Como una ironía del destino o una mala concurrencia de las efemérides históricas, el General Manuel Carlos Piar fue ejecutado por sus propios hermanos un día 16 de octubre; el mismo día cuando con valor enfrentó a los rebeldes realistas del año 1814 en Cumaná. El será uno de nuestros propósitos como miembros de la Academia de la Geo Historia del Estado Sucre: estudiar, analizar y divulgar aquellos tristes sucesos que aún se encuentran en nuestras conciencias resonando y girando como temas no completamente aclarados y razones no plenamente establecidas. Y me refiero tanto al General Manuel Carlos Piar como al General y Libertador de Oriente Santiago Mariño Carige[x], y tantos otros héroes regionales y locales que la historia patria ha apartado con tratamiento injusto e inmerecido.

Nada diré sobre la otra importante efeméride que recordamos hoy, sin antes asumir y decir frente a estos patriotas (niños y jóvenes), que un país se construye con el empeño de sus ciudadanos, con valentía, y con justicia; todo ello requiere de disciplina y mucho más en momentos azarosos de la República. Mientras fuerzas ajenas y extrañas pretenden desviarnos de nuestro quehacer republicano, y de nuestra vida ciudadana, bajo esas condiciones: es la disciplina, la unión y la justicia lo que debe imperar sobre todo y todos.

La liberación de Cumaná…

La Rebelión Popular de 1814 trajo como consecuencia la pérdida de la Segunda República, a estos sin sabores debemos agregar el arribo a nuestras costas  de la expedición del afamado general español Pablo Morillo (principios de abril de 1815), se nos aleja la Libertad, pero a su tiempo; luego de 11 años de guerra, un 16 de octubre de 1821, llega el momento definitivo para liberar a Cumaná del yugo español. Esa fue una responsabilidad que el Libertador Simón Bolívar sabiamente dejo en manos de uno de nuestro grandes generales, José Francisco Bermúdez.

Boves se llevó es su vorágine una muy buena parte de los patriotas cumaneses y otros tantos de los llegados de la emigración[xi]. Los patriotas que salvaron su vida se desparramaron por las islas del Caribe desde donde emprendieron la lucha por la causa americana. El Oriente alojó a partir de 1815 a parte de la tropa de Morillo, y bajo su guardia y presencia, en aquellos años, Cumaná sirvió de refugio de afectos a la causa realista; incluso muchos de los indios «vasallos privilegiados», se mantuvieron indiferentes a la causa republicana. Recojo las palabras de un oficial español escritas 1820, el Capitán Rafael Sevilla (en sus memorias):

“No me detendré a narrar todos los incidentes  que me acaecieron durante mi permanencia en este puerto. Pero si debo consignar que pronto me hice querer y respetar de aquel leal vecindario, en el que reinaba el mejor espíritu a favor de la causa española[xii].

Fue esa presencia de afectos a la causa realista la que determinó que Cumaná fuera la última de las ciudades venezolanas liberada del yugo español; después de Carabobo.

El General Pablo Morillo junto con el Libertador Simón Bolívar, el 26 noviembre de 1820 firman en Santa Ana de Trujillo,  el Tratado de Armisticio y Regularización dela Guerra: hacer la guerra “como lo hacen los pueblos civilizados"; respeto a los no combatientes, canje de prisioneros,  y fin a las prácticas de la guerra a muerte. Este tratado es considerado actualmente como el principal antecedente del Derecho Internacional Humanitario. Bolívar dijo de él; en su Resumen Sucinto de la Vida del General Sucre:

“Este tratado es digno del alma del general Sucre: la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron: él será eterno como el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra: él será eterno como el nombre del vencedor de Ayacucho.”[xiii]

Toñito Sucre no sólo dejó en ese Armisticio profunda huella, fue estricto al ponerlo en práctica en su gesta libertaria de los pueblos del Sur. 

Sobre el derecho humanitario, el Derecho de Gentes, otro venezolano de esa época escribiría ampliamente, también en el Sur: en la República de Chile. Uno de nuestros grandes cuya familia fue vecina de Cumaná, se trata de Andrés Bello, fue el primero que consolidó las bases jurídicas que hoy sostienen los Derechos Humanos en el mundo; y así se le reconoce. No puede ser casualidad que dos sur americanos: Sucre y Bello, consideraran formalmente hechos tan fundamentales para el hombre y que de ellos a pesar de todos sus infinitos logros, sea lo humano, lo más sublime de su trascendencia.

Fotos del autor - 2006Cuando el General José Francisco Bermúdez, el día 15 de Octubre de 1821 se entrevista en la Casa Fuerte de la Boca del Río con el Coronel español José Caturla, para discutir los términos de la Capitulación de las tropas acantonadas en Cumaná, y poner fin al sitio que por dos meses tenía la muy nutrida fuerza patriota sobre la ciudad; los principios humanitarios de “Toñito Sucre” estuvieron presentes.

Cito nuevamente al español Sevilla: El acuerdo  “consistía en entregar la plaza al enemigo [los patriotas]  el día siguiente… marchando la gente [los realistas] a alojarse al barrio de Puente Afuera [actual plaza Bermúdez], como si estuviéramos en paz…" [xiv]

Bermúdez ese día se coronó de gloria: al abandonar Cumaná el ejército español no recibió ningún vejamen, pero España toda recibió una lección que aun la humilla, respecto a la conducta de sus tropas en los campos americanos. En Cumaná el 16 de octubre de 1821 no se vivió el horror ni los crímenes y humillaciones que años antes Boves había ordenado sobre los cumaneses y los inmigrados, aquí no se practicaron los horrores y las miserias que Morillo (llamado “El Pacificador”) permitió sobre los patriotas cuando el sitio de la ciudad de Cartagena; defendida por Bermúdez. Nadie pensó en desconocer los acuerdos, como lo hizo Monteverde en el año 1813 con la capitulación firmada con el ilustre General Francisco de Miranda[xv]; por culpa del cobarde Monteverde: Zuazola, Antoñanzas y Cervériz dieron riendas sueltas a muchísimos crímenes y barbaries en el Oriente, pero sobre todo en Cumaná.

La Capitulación de los españoles en Cumaná fue respetada estrictamente, no sólo ese día 16, se hizo lo correcto todos los días subsiguientes hasta el presente[xvi].

Termino mi disertación sobre las efemérides del 16 de Octubre, mucho falta por estudiar de Cumaná, una ciudad que se apresta a celebrar medio milenio de historia; pero que carece de un estudio formal sobre su historia. Espero que entre todos y desde la Academia de la Geo Historia del Estado Sucre, con la ayuda de ustedes que pronto nos relevarán, y de otros más esclarecidos que nosotros, espero que podamos regalarle a Cumaná una Historia Monumental: que eternice sus valores.

Igualmente quisiera proponer a las autoridades presentes y a los voceros del Poder Popular, que el próximo año este homenaje se rinda en el mismo lugar donde el General Bermúdez se entrevistó con el gobernador español para firmar el Acuerdo de Capitulación: La Casa Fuerte de la Boca del Río, una infraestructura  patrimonial que nos acompaña desde 1776[xvii], pero que hoy se encuentra secuestrada, ajena de sus verdaderos dueños El Pueblo Cumanés; atrapada dentro de una empresa que a poco de aquí hiere y pervierte nuestro patrimonio.

¡Hoy disfrutamos una libertad bicentenaria, pero para mantener la paz se requiere del imperio de la justicia!
Gracias

Rommel Contreras / 16-10-2014



[i]    Felipe IV ordenó mediante Cédula Real del 14 de septiembre, que con el acuerdo y concurso del gobernador de la Nueva Andalucía, “se nombrase un capellán para los guaiqueríes e indios privilegiados y brasiles residentes en Cumaná”. Esto precipitó la fundación de las misiones de El Socorro y El Salado.   Debió materializarse luego de la muerte del obispo en Margarita el 24 de agosto de 1648; murió infectado de la peste. En:
  Martínez, Pbro. Ramos. Memorias para la Historia de Cumaná y Nueva Andalucía. Edit. Artes Gráfica (1945). Pág. 41.
[ii] “La ciudad de Cumaná, capital de la Nueva Andalucía, dista una milla del embarcadero o de la batería de la Boca, cerca de la cual bajamos a tierra, después de haber pasado el alfaque del Manzanares. Hubimos de recorrer una vasta llanura, el Salado, que separa el arrabal de los Guaiqueríes de la costa del mar.”…”Atravesamos el arrabal de los indios, cuyas calles están muy bien alineadas y formadas con casitas nuevas todas y de un aspecto risueño. Este barrio de la ciudad acababa de ser reconstruido, a causa del terremoto que había arruinado a Cumaná dieciocho meses antes de nuestra llegada [1797].” Humboldt, en:
Humboldt, Alejandro. Viajes a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente - Hecho en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 y 1804 por A. de Humboldt y A. Bompland - Ediciones del Ministerio de Educación Nacional (1941).  Tomo I Pág. 378-379.
[iii]  “Nos detenemos aquí, sobrecogidos de dolor y espanto. ¡¡Hemos llegado al año 1814!!”. En:
  González, Juan Vicente. Biografía de José Félix Ribas -. PDVSA (1988). Pág.72.
[iv] Vmd.: «Vuestra merced, su gracia». Actualmente se usa la palabra "usted". (nota del autor)
[v] Ese gobernador fue Gaspar Miguel Salaverría, la cita es de:
    Autor desconocido. La guerra de independencia en la provincia de Cumaná, Boletín de la Academia Nacional de la Historia. No. 65. Pág. 36. – Citado también por:
  Yanes, Francisco Javier. Historia De La Provincia De Cumaná - En la transformación política de Venezuela desde el día 27 de abril de 1810 hasta el presente año de 1821 - Ministerio de Educación Nacional (1949). Pág. 147.
[vi] Llamozas, Ambrosio. Memorial Presentado al Rey en Madrid por el doctor Don José Ambrosio Llamozas, vicario y capellán primero del ejército de Boves – de fecha 31-07-1815. Boletín de la Academia Nacional de la Historia. No. 17 (I del tomo V - 1921). Pág. 522.
[vii] Uslar Pietri, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Edit. Edime (1962). Pág. 179. (Usa como fuente el memorial del capellán Llamozas. Op. cit. Pág. 522).
[viii] Llamozas. Op. cit. Pág. 524.
[ix] Yanes, Francisco Javier Op. cit. Pág. 217.
[x] Hijo del capitán de milicias regladas Santiago Mariño de Acuña y de Atanasia Carige Fitzgerald, descendiente de irlandeses. (nota del autor)
[xi] Recordemos entre muchos valientes e inocentes, dos hermanos de nuestro muy querido Antonio José de Sucre ( Vicente y Magdalena) y a Juan José Landaeta; a quien se le atribuye la música del Himno Nacional. (nota del autor)
[xii] Sevilla, Rafael. Memorias De Un Militar - La Guerra de América. Casa Editorial Franco Ibero-Americana, s.a. (hacia 1925). Pág. 145.
[xiii] Bolívar, Simón. Resumen Sucinto de la Vida del General Sucre. Ediciones de la Presidencia de la República (2001). Pág. 10.
[xiv]  Sevilla. Op. cit. Pág. 180.
[xv] Como ejemplo: ”Gaspar Miguel de Salavarría, hijo de Cumaná había permanecido entre nosotros tratado con la mayor consideración,… más cuando entró Boves dejo la Capa de la hipocresía y fue el más grande asesino de sus paisanos: vive y aún vive entre nosotros. ¡O virtud de los Americanos!”. Autor desconocido, La guerra de independencia en la provincia de Cumaná. Op. cit. Pág. 36.
[xvi]
Que la violación del Tratado de Monteverde-Miranda es el origen de todos los presentes desastres de Venezuela, y como las Cortes y la Regencia de España han aprobado directamente la perfidia de Monteverde, nombrándolo solemnemente Capitán General de la Provincia, después que supieron que él había tan vergonzosamente violado el tratado en cuestión, no podrá nunca esperarse que los nativos vuelvan a confiar jamás sus vidas y propiedades a la fe española." Fuente: William Robinson. Notas sobre los desastres de las Provincias  de Caracas por un caballero ingles, testigo presencial. San Thomas 18 de marzo de 1814. En: Willam Walton, An expose on the dissension of Spanish America, Apéndice, Páginas XLIII-LVI, Londres (1814).
[xvii] “El Gobernador de Cumaná Don Máximo de Bouchet, inrfoma a Don José Galvez de haber construido en la boca del río Manzanares de Cumaná una casa para alojamiento de la guardia
[1776]; y propone construir otra casilla en la boca del caño de Santa Catalina de Barlovento, para que puesta una guardia en ella, se evite el contrabando (2 folios) Hay duplicados en el legajo: Caracas, 542”.  Protocolo: 1776, Cumaná, 3   XII / Caracas 129. En:
 Dorta, Enrique Marco. Materiales para la Historia de la Cultura en Venezuela (1523 -1828) - Documentos del Archivo General de Indias de Sevilla -. Fundación John Boulton (1967). No. 2267.


LA CUMANÁ HEROICA DE 1814


En 1814 la ciudad de Cumaná sufrió los azotes de la guerra de la independencia, con varios combates de resultados desiguales, el mal gobierno realista y las venganzas y vejaciones contra la población indefensa. Allí destacan:

Batalla de El Salado:

Después de la victoria en Aragua de Barcelona, los realistas decidieron perseguir a los patriotas por tierra y mar hacia Cumaná, a la cual “…llegan al sitio de Los Bordones el 15 de octubre de 1814 con unos 3.000 hombres. Piar, le opone 1.500 hombres, desarrollándose una batalla campal en la sabana de El Salado, sitio ubicado entre el mar y la ciudad. Piar es derrotado y huyó hacia Maturín con pocos oficiales y soldados. El 16 de octubre entra Boves a la ciudad. Se calcula en más de 2.000 víctimas los asesinados” (Gómez, 1981, p. 117). Sin desmerecer la bravura de los llaneros opositores y sus estrategas, buena parte del ejército de Piar procedía de la Emigración de Oriente y de los fugados de Aragua de Barcelona. Fue la única vez que perdió una batalla en espacio abierto el audaz curazoleño- venezolano, general Manuel Piar.

Cierre naval:

Triunfante los españoles en tierra desarrollaron en diciembre de 1814 el cierre de los puertos más importantes del Oriente del país a fin de evitar la fuga de los patriotas hacia el Caribe, muchas de estas personas lograron evadir el cerco y embarcarse hacia Nueva Granada, las Antillas (Jamaica, Saint Tomas y Haití) y Trinidad, a esperar tiempos mejores en 1815.

Las mujeres heroicas de Cumaná-1814:

En los enfrentamientos del año 1814 destacó la presencia de la mujer, al lado de sus padres, esposos, hermanos e hijos. El deseo de libertad política y económica insufló un espíritu de unión patriótica contra el régimen colonial español. Tuvieron una actuación relevante varias mujeres en la república en guerra:
- Magdalena de Sucre: “Según la tradición, oral y recogida en algunos textos, fue a dar a la isla de Arichuna con su maltrecha humanidad, esta hermana del Mariscal Antonio José de Sucre en 1814, después que Boves atacó y se apoderó de la ciudad de Cumaná” (http://guaricopina.blogspot.com/2010/05/isla-de-arichuna-o-isla-de-las-mujeres.html, Consulta 14-9-2014).
- Micaela Mejías, Teresa Prado y Cesárea Sánchez. Desde Cumaná fueron trasladadas a la isla de Arichuna en el río Apure. Campo de concentración para mujeres creado por los realistas en 1813.
- Concepción Mariño. Hermana de Santiago Mariño. Desde el islote de Chacahacare, frente a las costas de Trinidad, apoyó entre 1813- 1821 a la causa patriota.
- María De las Nieves Polo. Vecina de Barcelona, huyendo de la guerra migró con su familia de la Provincia de Barcelona hacia Cumaná.
- Francisca María de Acuña. De Cumaná, su hijo fue acuchillado por realistas en 1814, estuvo presa con su hija y falleció luego de libertada en 1815.
- María Isabel De la Cova. De Cumaná, su hijo enfermo de elefantiasis fue asesinado en el Leprosorio de Cumaná 1814.
Otro aspecto digno de destacar fue el trato que sufrieron las mujeres procedentes de familias ricas siendo secuestradas y enviadas entre 1813- 1814 por Boves a la isla de Arichuna hoy llamada isla Apurito en el río Apure. De acuerdo al cronista Argenis Méndez Echenique, era una “…especie de campo de concentración creado por el sanguinario asturiano en esta inhóspita ínsula, para mantener cautivas a todas las mujeres blancas que lograba capturar. Muchas fueron las heroínas anónimas que sembraron sus huesos en ese lugar, para entonces, plagado de fieras e innumerables incomodidades”. (http://guaricopina.blogspot.com/2010/05/isla-de-arichuna-o-isla-de-las-mujeres.html, Consulta 14-9-2014). El objeto principal del encierro era pedir rescate a sus parientes o de amilanar y manipular a los familiares de estas para que se apartaran del ejército patriota.



En síntesis, la actuación en el mundo político y de los conflictos tuvo diferentes manifestaciones comenzando por su solidaridad automática con sus respectivas parejas y sus familiares más cercanos: 

“La participación de las mujeres estuvo –en la mayoría de los casos- ligada al apoyo a familiares, las mujeres partían a la guerra con sus compañeros, cargando sus hijos, sus ollas, sus ropas y las pocas pertenencias del hogar. Estas camaradas de batalla, determinantes en un momento dado, no sólo no fueron valoradas, fueron invisibles y aún siguen así. Avanzadoras, troperas, soldaderas, rabonas, vivanderas, juanas, fueron inseparables de los ejércitos y el mejor sostén con que podía contar el campesino soldado. Fueron multitud de mujeres del pueblo anónimas y olvidadas, sus nombres desaparecieron a medida que las batallas avanzaban. A la retaguardia de todos los ejércitos iban las mujeres” (Carosio, 2010, p. 25).


CONCLUSIONES:

Los actos sangrientos contra la población no beligerante mostraron el rostro canalla, terrorífico y antihumano de los defensores de la causa española, contrario a los convenios sobre la regularización o la formalización de las guerras, y de las creencias católicas. Se estima a 1814 como el año más sangriento en la guerra de independencia. En esos eventos bélicos perdieron la vida venezolanos insignes y muchas familias fueron arrasadas sin dejar descendencia ni propiedades en pie. Ciudades como Cumaná fueron tomadas por los realistas y sufrieron un ensañamiento vesánico de los jefes y tropas al servicio de la corona española. Hay que destacar el papel relevante de las mujeres por la causa patriota al lado de sus maridos, padres, hermanos y vecinos, con las consecuencias de esto.


FUENTES:

Carosio, Alba (2010). Las mujeres en el proceso independentista, Revista Rebelión, Centro de Estudios de la Mujer (CEM), UCV, Caracas.

Gamboa Cáceres, Teresa (2010). Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, V.15, Nro. 34, junio, Nuestra América contra el imperio Español huellas de la participación de la mujer. Caracas

García, José (2014). Tal día como hoy, Diario VEA, Caracas, pág. 4. 09/02/2014.

Gómez, José (1981). Historia del estado Sucre, Presidencia de la República, Caracas.

Gómez, Joselín (2011). Las mujeres venezolanas construyendo la nación, Memorias de Venezuela, N° 19, Caracas.

Maradei, Constantino (1981). Historia del estado Anzoátegui, Presidencia de la República, Caracas.

Marcano, Pedro Elías (1956). Consectario de la ciudad de Cumaná, Gobernación del estado Sucre, Caracas.

Picón Salas, Mariano (2001). Suma de Venezuela, Fundación Editorial El Perro y La Rana, Caracas.



por:Dr. Andrés Velásquez Márquez

martes, 14 de octubre de 2014

El Coronel José Rivero

El Coronel José Rivero, nativo de Cariaco y a quien el municipio debe su nombre, es atrapado cuando huía de las hordas realista en una curiara desde Soro. Es llevado a Cumaná por órdenes del gobernador Tomás de Cires y condenado a morir fusilado en la plaza ubicada frente al convento de San Francisco que lleva su nombre. Su cuerpo fue descuartizado y sus miembros expuestos en diversas partes de Cumaná, Cariaco y los lugares donde el luchó como manera de escarmentar a los que se opusieran al régimen realista. Su nombre aparece registrado entre los oficiales que intervinieron en la batalla de Maturín en 1813 y fue firmante del Acta de Chacachacare.

por: Félix R. Bejarano

EL TITULO DE LIBERTADOR

Dos ciudades se arrogan la primacía de haber otorgado el título de Libertador a Simón Bolívar. La ciudad de Mérida, el 23 de mayo de 1813, y la ciudad de Caracas, el 14 de octubre de 1813. En ambos actos se señala al doctor Cristóbal Mendoza, primer Presidente de Venezuela, como proponente de tan glorioso discernimiento. Sin embargo, todo concurre a determinar que en verdad fue Caracas, la que oficialmente distinguió a Bolívar con el título, que lo proyecta hacia la posteridad como el Libertador, título el más glorioso que ostenta hombre alguno, en medio de descubridores, conquistadores, colonizadores y luchadores de todo tipo, muchos de ellos, sin duda, cubiertos de gloria.

Obviamente, a su paso por muchos pueblos en su marcha exitosa desde Cúcuta hasta Caracas, históricamente bautizada como la Campaña Admirable, Bolívar recibió los vítores con que se acostumbraba saludar a los jefes victoriosos, en medio del entusiasmo popular.

¿Recibió Bolívar en Mérida el título de Libertador? Es la pregunta que acuciosamente intenta responder el distinguido historiador Manuel Pérez Vila. En su trabajo con ese título, publicado en ANGOSTURA, Revista Venezolana de Historia, de la Universidad de Carabobo, Nº 1, Julio-Diciembre, 1990, hace importantes consideraciones al respecto.

Según lo apuntado por Pérez Vila, todo parece indicar que el título de Libertador adjudicado a Bolívar en Mérida no se ajusta a la verdad histórica, sostenido sólo a una tradición, cuyo origen y fundamento no se documenta, pero se repetía en el tiempo, siendo luego oficializada como tal en 1913, por el escritor merideño Don Tulio Febres Cordero, en el centenario de la fecha. Mientras que en Caracas, si hay una declaración oficial, el 14 de octubre de 1813, y a partir de ese momento el título de Libertador, lo utiliza Bolívar por sí propio, y aparece en la documentación oficial referida a los actos de Bolívar. Antes de esto, recalca Pérez Vila, Bolívar se refería a la acción libertadora del Ejército Libertador. 

En su estudio, con sólida base documental analizada, Pérez Vila argumenta que no existe ningún documento coetáneo que demuestre que en Mérida Bolívar haya recibido oficialmente el título de Libertador; que de los documentos coetáneos examinados se deducen más bien indicios contrarios a tal posibilidad; que ni el Libertador ni sus más cercanos colaboradores de aquellos días merideños, Urdaneta y Mendoza, mencionan en sus escritos que ello hubiese ocurrido; que los historiadores de los siglos XIX y XX , al referirse a tal hecho concreto no aducen ningún testimonio documental; que quien le da a esta tradición su forma definitiva es el polígrafo merideño Tulio Febres Cordero, que en diversos estudios escritos en 1913 difunde la idea de que en la plaza pública de Mérida Bolívar fue proclamado Libertador y que Cristóbal Mendoza fue el autor de la idea; que en esos estudios, Febres Cordero no ofrece prueba documental ni testimonial alguna, de la tradición en sí, ni de la declaración oficial; que Bolívar no usa el título de Libertador sino después de que el mismo le es conferido en Caracas el 14 de octubre de 1813. Por tales razones, el historiador Pérez Vila alega que fue en Caracas, y no en Mérida donde a Bolívar se le reconoce por primera vez el título de Libertador de Venezuela, que Bolívar lo agradece enorgullecido, y desde entonces lo utiliza como tal en el encabezamiento de sus documentos, y que con el tiempo se institucionalizó simplemente como el Libertador.

Lo que sí es cierto, que al otorgarle La Municipalidad de Caracas, tal título, Bolívar lo engrandeció con su obra, convirtiéndolo en el signo verdadero de su acción, materializándose como el libertador de cinco naciones, y expresándolo como su mayor orgullo, al saludarlo y reconocerlo como tal los pueblos, lo convirtió en su timbre de gloria, sin degradarlo; antes bien lo utiliza como su escudo, para la mayor defensa de su gloria, cuando en días aciagos amigos y enemigos lo instaban a que se sentara en el trono, pasando a la posteridad para su gloria mayor, singularmente como el Libertador.

El título de Libertador resplandece como presea de gloria sobre las sienes de Simón Bolívar, y como hijo de Venezuela, con mil leguas entre sus brazos, desde las playas ardientes del Orinoco hasta las alturas del Potosí.


por: Gilberto J. López

martes, 7 de octubre de 2014

Marco Antonio Saluzzo

Afamado poeta y orador.  En  esta fecha nació este  hijo ilustre de Cumaná. Fueron sus padres don Agustín Saluzzo y Crispina Castiya. Se unió en él el talento, la educación, la sabiduría y la modestia. Brilló como orador y se le tiene entre los mejores de Venezuela. Dejó a su muerte una producción literaria abundante y selecta: Las Mesenianas, Esbozos y Versiones, Estudio sumarios acerca de la literatura Hebraica, Los tres máximos oradores griegos. Tradujo del francés el drama de Copée titulado Severo Torrell””.

Ocupó importantes destinos en la administración pública nacional: Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador en España. Miembro fundador de las Academias de la Lengua y de la Historia. Una escuela de Cumana horna su nombre. Cumana le debe el bronce que lo eternice y cante sus hazañas. 


por: Hernán Muñoz Villafuerte

viernes, 26 de septiembre de 2014

El Final de Aguirre y de sus Marañones

Como primer mártir de la libertad de América, Lope de a Aguirre está por descubrir y rehabilitar
Ramón J. Sender[a]


El Marqués de Cañete virrey del Perú, organizó una expedición con el objeto de encontrar las ricas tierras de Omagua y Dorado (provincias fantásticas e imaginarias). Para esa empresa en 1559 comisionó al experimentado capitán Pedro de Ursúa Navarro, nombrándole Gobernador de las tierras por descubrir. Ursúa construye varios bergantines, con los cuales pretende bajar desde el Perú por el río Marañón (el Amazonas)[i], hasta encontrar su imaginaria jurisdicción para asentar su campo y Real, y señorear sobre tierras y hombres; para la grandeza de Felipe II, emperador del imperio español «el Prudente»; flamante pretensión del gobernador Ursúa: «vencedor de indios y negros» en este lado del mundo.

Los bandos publicados en Lima y sus alrededores, permitieron reunir 300 soldados, el doble de indios, y un decimo de negros. La expedición inicia la larga jornada el 26 de septiembre de 1560, y al paso por el pueblo de los motilones (el 1 de enero de 1561), una conspiración propiciada por Lope de Aguirre  termina con la vida de Ursúa; una más de la cadena de muertes que ensombreció para la historia aquella expedición conocida como la de los marañones, primera rebeldía manifiesta y de carácter regional en tierras americanas contra la corona española.

Diez meses después, en el ocaso, además de la muerte de gobernador Pedro de Ursúa y  del Teniente de Gobernador de Margarita Juan Gómez de Villandrando[b], los marañones habían ejecutado o dado muerte a un sacerdote y dos religiosos, cinco mujeres, y un número indeterminado de naturales, que fueron quedando sin vida en las riberas de su largo recorrido amazónico, en la isla de Margarita, y en Tierra Firme. Al final de sus andanzas Lope de Aguirre (que pretendía regresar al Perú pasando por Nombre de Dios, en Panamá), tuerce su rumbo hacia Borburata para alcanzar su cometido desde allí. En Barquisimeto es cercado y reducido, por tropas del capitán Diego García de Paredes, al verse imposibilitado de regresar a El Perú y próxima su muerte, en una acción siniestra y envalentonada hiere de muerte a su hija (para salvarla del escarnio y del desprecio).

A pesar de la intención de apresarlo con vida, Lope de Aguirre dejó de existir el 27 de octubre de 1561, por par de arcabuzazos que impactaron en su pecho disparados por manos de dos de sus compañeros de fechoría que se habían pasado a la bandera del rey; Cristóbal Galindo y Custodio Hernández, «su muy amigo» quien le cercena  la cabeza  y la ofrece al Gobernador Collado. Este ordena hacer cuartos del despojo y ponerlos en caminos alrededor de la ciudad de Barquisimeto (como era costumbre); la cabeza fue llevada al Tocuyo y exhibida en el rollo de la plaza real en una jaula de hierro, la mano derecha fue enviada a Mérida y la izquierda a Valencia. Aguirre dijo tres días antes de su muerte: “si yo tengo que ser desbaratado en esta provincia de Venezuela, ni creo en la fe de Dios ni en la secta de Mahoma ni Lutero ni la gentilidad, ni tengo que hay más de nacer y morir”[ii].

Aguirre ejecutado apresuradamente por dos de sus hombres, se lleva a la tumba el cumuló de sus crímenes; y también los de sus marañones. Antes de la muerte del caudillo, muchos de sus hombres (en grupo) se pasaron al campo y real de García Paredes, bajo la promesa de no castigar sus crímenes y no regresarlos a España. Promesa respetada y aumentada por el gobernador de la Provincia de Venezuela; Collado, quien perdona el cúmulo de fechorías cometidas como marañones, a todos los que abandonaran a El Tirano.  Mediante Cédula Real (en nombre del rey, pero sin su consulta), Collado les da licencia para que fuesen donde quisieran, con la condición de que se desperdigaran por muchas partes de la Tierra Firme, “que fueron semillas sembradas de rebeliones y alzamiento” [iii].

 La expedición capitaneada por el tirano y peregrino Lope de Aguirre fue la causa del arrase de cuatro pueblos de españoles, y de un estado de conmoción general «miedo y terror» en las provincias españolas ultramarinas, de Venezuela y Nueva Andalucía (Cumaná), temor que se extendió cuan huracán por toda la costa hasta Panamá, y Santo Domingo en la Española (República Dominicana), donde las autoridades de la Audiencia Real, se ven obligadas a actuar ante la presunción de que hombres tan depreciables y dispuestos tocasen sus puertos.

Felipe II, al tener noticias del perdón general otorgado a los marañones, despacha desde Madrid en 1562, Cédulas a todas las provincias de Indias “para que prendiesen a todos los marañones, dondequiera que los hallasen, y se los enviasen a España, a donde no llegó ninguno por haberse sabido bien guardar”[iv]. Lo que no quiere decir que no se hiciere justicia con algunos; pero otros tantos se desparramaron incorporándose a la naciente sociedad y pueblos de la época, compartiendo vicisitudes básicamente relacionadas con los oficios de guerra contra los naturales de la provincia de Venezuela  (confederados bajo el mando del cacique Guaicaipuro); y más allá, entre ellas las aun no conquistadas provincias orientales.

El viernes 7 de noviembre de 1561, desde el puerto de Santo Domingo parte la expedición de castigo contra Lope de Aguirre y sus marañones, capitaneada por Juan Hojeda quien «ofreció sus dos navíos y su persona, sin sueldo para la jornada»[v], cuatro navíos la conforman: dos de Hojeda, uno del Provincial Montesino, y el otro de Doña Aldonza Manrique (gobernadora titular de Margarita). Estaba integrada por un total de doscientos veinte hombres «bien aparejado de artillería, municiones, y mantenimiento»[vi] mientras que Aguirre a su llegada a Borburata viene acompañado de «160 arcabuceros, 20 negros que son los ejecutores de sus crueldades, 200 indios, hombres y mujeres, 6 piezas de artillería de bronce, gran cantidad de municiones, pólvora y salitre»[vii] ; Ursua había salido con 300 soldados, 600 indios y 30 negros.

Meses después, no muy lejos de Madrid, en la capilla del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, inmensa mole mandada a construir en forma de parrilla invertida (San Lorenzo, diácono mártir, murió asado en una parrilla) por Felipe II, el taciturno monarca interrumpe brevemente sus rezos para escuchar la noticia que le llega desde América: El traidor Lope de Aguirre, "la ira de Dios", ha muerto. Felipe de Austria no deja traslucir su complacencia y sólo acierta a musitar: "Contra el Rey de España es posible que se rebele impunemente cualquiera de sus súbditos. Pero contra Dios, eso es imposible. Porque siempre habrá un castigo para el insensato que incurra en semejante desatino"[viii]

Aguirre es un meteoro en la medianía del siglo XVI, rasga el velo de silencio y de conquista en el oriente de Tierra Firme, su paso y estadía en Margarita precipita el poblamiento de la costa cumanesa; pretendida inicialmente por franciscanos, dominicos, cubaguenses y margariteñós; también por portugueses, ingleses, holandeses, y franceses.

por:  Rommel Contreras



[i] Nectario María. Diego García de Paredes, Pág. 442.
[ii] Vázquez, Francisco. El Dorado: Crónica de la expedición de Pedro de Ursúa y Lope  Aguirre. Alianza Editorial, 1987.
[iii] Fray Pedro Simón Noticias e Historiales de Venezuela, T. II. Pág. 310.
[iv] Ídem, Pág. 310, nota 146.
[v] NECTARIO MARÍA, OBRA CITADA, Pág. 465.
[vi] Ídem Pág. 465.
[vii] Ídem Pág. 466. Original en:  AGI, Santo Domingo, 71. Tomo I, Fol. 197
[ix] Silva Montañes, Ismael. Hombres y Mujeres del siglo XVI venezolano, Tomo IV, Pág. 111.
[x] Oviedo y Baños. Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela. Pág. 360.
[xi] Expresión del Provincial Burgales en carta desde Santo Domingo el 11-6-1556. En: Ojer, obra citada. Pág. 216.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Nace la MATEA, la maestra de Bolívar - el 21 de septiembre de 1773


Siendo niña fue a vivir al hato El Totumo, propiedad de la familia Bolívar, ubicado en San Mateo. Allí vivió toda su juventud encargándose de las labores de la hacienda. Cuando nació Simón Bolívar se convirtió en su aya y compañera de juegos, cuidándolo y encargándose de su crianza. Presenció el ataque de las tropas realistas comandadas por Boves y el sacrificio de Antonio Ricaurte en el ingenio de la familia Bolívar en vísperas de la Independencia.

En 1821 se traslada a la vivienda de María Antonia Bolívar en Caracas.  A los 103 años de edad fue invitada por el general Antonio Guzmán Blanco al Panteón Nacional para rendir honores al sarcófago del Libertador. Muere a los 110 años. Sus restos reposan en la cripta familiar de los Bolívar ubicada en la catedral de Caracas.


En 1886, muere en Caracas la negra Matea, encargada de la crianza de El Libertador.

sábado, 20 de septiembre de 2014

LA GUERRA A MUERTE EN CUMANA

Por orden de Mariño y Bermúdez, son fusilados en la sabaneta de El Barbudo en Cumaná, 169 realistas entre los cuales figuraban prominentes personajes de la ciudad capital de la Provincia de Nueva Andalucía recién liberada por las fuerzas patriotas de Santiago Mariño, entre los cuales podemos mencionar a: Don José de Torruellas, don Santiago de Capdeviela, don Juan Francisco de Alba, don José Raposo, don José Avellanes, don Domingo Bosch, don Manuel Roche, don Domingo de Torres, don Rafael Lovera, don Jaime de Sans, y don Jaime Rivas; también fueros ejecutados los colaboracionistas cumaneses: don José María Fernández, don Antonio Blanco, don Juan Totesau, y don José María Núñez. Todos ellos culpables de perseguir con saña a los patriotas.


por: Hernán Muñoz Villafuerte