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foto: Roberto Verginelli Torres) |
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foto: Roberto Verginelli Torres) |
CRÓNICAS DE CUMANÁ.
EN HOMENAJE A NUESTRO LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR, LES DESCRIBO SOBRE SU PERSONA, LA REDACCIÓN DEL GENERAL DANIEL FLORENCIO O'LEARY. CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DE LA CELEBRACIÓN DE SU NACIMIENTO.
Las memorias del General O'Leary recogen 20 años de historia en torno a Bolívar, gracias a la recolección de información que hizo con la participación de figuras como el coterráneo cumanés Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho.
"¿Se podría hacer revolución Venezolana y Latinoamericana, sin haber leído e interpretado sintiendo latir en nuestro pecho a Simón Bolívar?":
Descripción de Bolívar redactada por el General Daniel Florencio O'Leary.
"Bolívar tenía la frente alta, pero no muy ancha y surcada de arrugas desde temprana edad (indicio de pensador). Pobladas y bien formadas las cejas;
los ojos negros, vivos y penetrantes; la nariz larga y perfecta, tuvo en ella un pequeño lobanillo que le preocupó mucho, hasta que desapareció en 1820, dejando una cicatriz casi impredecible; los pómulos salientes y las mejillas hundidas; la boca fea y los labios algo gruesos. La distancia de la nariz a la boca era notable. Dientes blancos, uniformes y bellísimos, los cuidaba con esmero; las orejas grandes, pero bien puestas; el pelo negro, fino y crespo; lo llevaba largo entre los años 1818 - 1821, hasta que empezó a encanecer y desde entonces lo usó corto. Las patillas y bigotes rubios, se los afeitó por primera vez en Potosí en 1825. Su estatura era de cinco pies y seis pulgadas inglesas.
Tenía el pecho angosto, el cuerpo delgado, las piernas sobre todo. La piel morena y algo áspera. Las manos y los pies pequeños y bien formados que cualquier mujer habría envidiado. Su aspecto, cuando estaba de buen humor, era apacible, pero terrible cuando estaba irritado; el cambio era increíble.
Bolívar tenía siempre buen apetito, pero sabía sufrir hambre como nadie. Aunque gran apreciador y conocedor de la buena cocina, comía con gusto los sencillos y primitivos manjares del llanero o del indio. Era muy sobrio, sus vinos favoritos eran grave y champaña; ni en la época en que más vino tomaba nunca lo vi beber más de cuatro copas de aquel o dos de éste. Cuando se servía, llenaba él mismo las copas de aquel o dos de éste. Cuando servía, llenaba él mismo las copas de los huéspedes que sentaba a su lado.
Hacía mucho ejercicio. No he conocido á nadie que soportarse como él las fatigas. Después de una jornada que bastaría para rendir al hombre más robusto, le he visto trabajar cinco o seis horas, o bailar otras tantas, con aquella pasión que tenía por el baile. Dormia cinco o seis horas de las veinticuatro, en hamaca, en catre, sobre un cuero, o envuelto en su capa en el suelo y a campo raso, como pudiera sobre blanda pluma. Era de sueño tan ligero y su despertar tan pronto. En el alcance de la vista y en lo fino del oído no le aventajaban ni los llaneros. Era diestro en el manejo de las armas, y diestrísimo y atrevido jinete, aunque no muy apuesto a caballo. Apasionado por los caballos, inspeccionaba personalmente su cuido, y en campaña o en la ciudad, visitaba varias veces al día las caballerizas. Muy esmerado en su vestido y en extremo aseado, se bañaba todos los días, y en las tierras calientes hasta tres veces al día.
Prefería la vida del campo a la de la ciudad. Detestaba a los borrachos y a los chismosos y embusteros. Era tan leal y caballeroso, que no permitía que en su presencia se hablase mal de otros. La amistad era para él sagrada. Confiado como nadie, si descubría engaño o falsía, no perdonaba al que de su confianza hubiese abusado.
Su generosidad rayaba en lo pródigo. No sólo daba cuánto tenía suyo, sino que se endeudaba para servir a los demás. Pródigo con lo propio, era casi mezquino con los caudales públicos. Pudo alguna vez dar oidos a la lisonja, pero le indignaba la adulación.
Hablaba mucho y bien; poseía el raro don de la conversación y gustaba de referir anécdotas de su vida pasada. Su estilo era florido y correcto; sus discursos y sus escritos están llenos de imágenes atrevidas y originales. Sus proclamas son modelo de elocuencia militar. En sus despachos lucen, a la par de la galanura del estilo, la claridad y la precisión. En las órdenes que comunicaba á sus tenientes no olvidaba ni los detalles más triviales: todo lo calculaba, rodo lo preveía.
Tenía el don de la persuasión y sabía inspirar confianza a los demás. A estas cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que obtuvo en circunstancias tan difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple de alma se habría desalentado. Genio creador por excelencia, sacaba recursos de la nada. Grande siempre, éra en mayor grado en la adversidad. "Bolívar derrotado era más temible que vencedor", decían sus enemigos. Las reveses le hacían superior a sí mismo.
En el despacho de los negocios civiles, que nunca descuidó, ni aún en campaña, era tan hábil y tan listo, como en los demás actos de su vida. Meciéndose en la hamaca o paseándose, las más veces a largos pasos, pues su natural inquiedad no se avenía con el reposo; con los brazos cruzados, ó asido el cuello de la casaca a la derecha sobre el labio superior, oía a su secretario leer la correspondencia oficial y el sin número de memoriales y cartas particulares que le dirigían. A medida que leía el secretario iba él dictando su resolución a los memoriales, y esta resolución era, por lo general, irrevocable. Dictaba luego, y hasta a tres amanuenses a la vez, los despachos oficiales y las cartas; pues nunca dejaba una sin contestar, por humilde que fuese el que le escribía. Aunque se le interrumpiese mientras dictaba, jamás le oí equivocarse ni turbarse para reanudar la frase. Cuando no conocía al corresponsal o al solicitante, hacía una o dos preguntas. Esto sucedía muy rara vez, porque, dotado de prodigiosa memoria, conocía no sólo a todos los oficiales del ejército, sino a todos los empleados y personas notables del país.
Gran conocedor de los hombres y del corazón humano, comprendía a primera vista para qua podía servir cada cual; y en muy rara ocasión se equivocó.
Leía mucho, a pesar del poco tiempo que sus ocupaciones le dejaban para la lectura. Escribía muy poco de su puño, sólo a los miembros de su familia o a algún amigo íntimo; pero al firmar lo que dictaba, casi siempre agregaba uno o dos renglones de su letra.
Hablaba y escribía frances correctamente e italiano con bastante perfección; de inglés sabía poco, apenas lo suficientemente para entender lo que leía. Conocía a fondo los clásicos griegos y latinos, que había estudiado y los leía siempre con gusto en la buenas traducciones francesas.
Los ataques que la prensa dirigía contra él le impresionaban en sumo grado y la calumnia le irritaba. Hombre público por más de veinte años, su naturaleza sensible no pudo nunca vencer esta susceptibilidad, poco común en hombres colocados en puestos eminentes. Tenía alta opinión de la misión sublime de la prensa, como fiscal de la moral pública y freno de las pasiones. Al buen uso que de este agente civilizador se hace en Inglaterra atribuía él la grandeza y la moralidad del pueblo inglés,"
(Memorias del General O'Leary, tomo XXVII, Página 486 - 489).
"Recordar es vivir"
Por: Víctor Lemus.
Exconcejal de Cumaná. Primogénita del Continente Americano.
Cumaná 24 de julio de 2025.
CRÓNICAS DE CUMANÁ
CORONEL VICENTE DE SUCRE Y URBANEJA. (PADRE DE ANTONIO JOSÉ DE SUCRE Y ALCALÁ GRAN MARISCAL DE AYACUCHO) (1761-1824)
Tal día como hoy nació el 23 de julio de 1761 en Cumaná, Primogénita del Continente Americano Vicente Vitto Luis Ramón de Sucre Pardo y Garcia de Urbaneja. Hijo del coronel cubano Antonio Mauricio Sucre Pardo y Trelles y de la cumanesa Josefa Margarita Garcia de Urbaneja Sánchez de Torres. Se casó en 1782 con María Manuela Alcalá y Sánchez Ramírez de Arellano (1767-1802) y en 1803 con la también cumanesa Narcisa Márquez de Valenzuela y Alcalá. En su primer matrimonio tuvo tres hijas y seis hijos, incluidos el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre (1795-1830), en su segundo matrimonio tuvo once hijos: cuatro varones y siete hijas. Alcanzó el grado de Coronel en la Guerra de la Independencia de Venezuela. Fue regidor y alcalde del ayuntamiento de Cumaná y fue comandante del cuerpo de cadetes de Cumaná: como tal, reconoció el movimiento independentista; miembro de la Junta Suprema de Gobierno de Cumaná en 1811 y 1812; en este último año, fue firmante de la capitulación de Cumaná ante los emisarios de Domingo Monteverde; hecho preso por orden de éste fue remitido a las bóvedas de La Guaira, y liberado al entrar el Libertador Simón Bolívar a ese puerto (1813), en 1814, participó en la Emigración a Oriente y se marchó a Trinidad. El 25 de octubre de 1817, el Libertador Simón Bolívar lo nombra gobernador de las fortalezas de Guayana la vieja y comandante militar del departamento del bajo Orinoco, sustituyendo a su hijo el entonces coronel Antonio José de Sucre; ejérció el cargo hasta 1818.
Murió en Cumaná en 1824.
"Recordar es vivir"
Por: Victor Lemus.
Exconcejal de Cumaná. Primogénita del Continente Americano.
Cumaná 23 de julio 2025.
CRÓNICAS DE CUMANÁ.
CUATRO ILUSTRES COTERRÁNEOS NATIVOS DE CUMANÁ PRIMOGÉNITA DEL CONTINENTE AMERICANO QUE FIRMARON EL ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA Y LA CONSTITUYENTE FEDERAL DE 1811.
La Independencia de Venezuela fue el proceso jurídico-político con el que se puso fin a los lazos que existián entre la Capitanía General de Venezuela y el imperio español, estableciendo el primer Congreso Nacional. Este proceso, que involucró tanto la declaración formal como la lucha armada, marco el inicio de una nueva república y la Constitución de una nación independiente.
Hoy celebramos y conmemoramos los 214 años de este evento patriota e histórico de nuestro pueblo orgullosamente venezolano
"VIVA VENEZUELA"
"Recordar es vivir"
Cumaná 24 de julio de 2025.
El mercado es un lugar o edificio público destinado permanentemente o en días señalados, a comprar, vender o permutar géneros o mercancías. O una concurrencia de gente dedicadas a comprar y vender mercancía.
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Original del Perlarum insula ob unionum copiam sic dicta; Theodor de Bry, 1594. [Detalle}. (John Carter Brown Library: 07376-46). |
Con motivo del día del Abogado en Venezuela (23 de junio) recordamos: al Dr. MARIANO DE LA COVA Y PLANES. Abogado, Ilustre ciudadano cumanés, Prócer de la Independencia de Venezuela. (1764-1812)
Miembro de la Junta de Cumaná el 27 de abril de 181O y representante por su provincia natal (Cumaná) ante el Congreso de 1811-1812. Firmante del Acta de la Independencia de Venezuela y de la Constitución Federal de 1811.
Recibió sus primeros estudios en Cumaná y continuó su educación en el Colegio Seminario de Caracas. Luego en la Universidad de esta ciudad obtiene el grado de bachiller en derecho civil en 1786 y posteriormente el título de maestro en filosofía. También en dicha Universidad obtiene en 1788 la licenciatura en derecho civil y en 1789 el doctorado. En 1790 se recibe de abogado en Caracas, tras lo cual regresa a su ciudad natal, donde en 1806 es nombrado Alcalde.
Perteneció a los primeros Abogados venezolanos de Las Reales Audiencias de Santo Domingo o Santa Fe, de esta se crea la Universidad Real Pontificia de Caracas, de gran beneficio, ya que los venezolanos no se ausentan del país para obtener su título de Abogado en Caracas. Curso estudios de Derecho Canónico y Civil en la Universidad Real y Pontificia.
Como miembro del Congreso obtuvo la licencia de esta institución para regresar a su ciudad natal donde falleció el 29 de agosto de 1812 a la edad de 48 años. Sus restos fueron sepultados en el cementerio colonial de Cumaná!
El Dr. Mariano de la Cova fue probablemente el primer abogado que tuvo Cumaná.
"Recordar es vivir"
Felicitaciones a todos los Abogados venezolanos en su día. Dios los bendiga.
por: Víctor Lemus.
Exconcejal de Cumaná. Primogénita del Continente Americano.
Cumaná 23 de junio 2025.
Culminando sus estudios se residencia en esta ciudad y ejerce su profesión de abogado, como protector de naturales de la provincia de Barinas.
El 5 de mayo de 1810 en la ciudad de Barinas, se adhiere al movimiento emancipador que se inició en Caracas el 19 de abril de ese año, organizando en esta ciudad una junta de gobierno que lanza la proclama: “Paz y tranquilidad son nuestros deseos. Morir o ser libres nuestra divisa”.
Fue electo diputado por la provincia de Barinas al Congreso Constituyente de 1811, cargo que no llega a ejercer, ya que el mismo Congreso lo elige presidente del célebre Triunvirato ejecutivo, acompañado de Juan de Escalona y Baltasar Padrón lo que le hace ser el primer presidente de Venezuela.
Luego de la Campaña Admirable el Libertador Simón Bolívar lo nombra gobernador de la provincia de Mérida y posteriormente gobernador político de la provincia de Caracas.
Fue uno de los que propuso en 1813 que el Cabildo abierto celebrado en Caracas ese año le confiriera el título de Libertador a Bolívar.
En 1821 en designado Ministro de la Corte de Justicia. En 1826 edita la primera gran obra histórica para el estudio de Simón Bolívar, titulada Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador de Colombia y del Perú. Para ese año fue nombrado Intendente del Departamento de Venezuela por el Vice-presidente de la Gran Colombia Francisco de Paula Santander, le toco enfrentar al movimiento separatista de La Cosiata, liderizado por el general José Antonio Páez; pero una grave enfermedad lo hace separar del cargo y apartarse de la vida pública.
En honor al día de su nacimiento se celebra todos los 23 de junio en Venezuela, el Día nacional de los abogados.
por: Alberto Pérez Larrarte
Cronista Oficial de la Ciudad de Barinas
De su libro: Calendario histórico de Barinas. Volumen III, meses mayo-junio.
Publicado en Amazon.
CRÓNICAS DE CUMANÁ.
PRIMER PARROCO DE NUESTRA SEÑORA DE ALTAGRACIA DE LOS GUAIQUERIÉS. EN CUMANÁ, PRIMOGÉNITA DEL CONTINENTE AMERICANO.
El Coronel y sacerdote Dionisio Centeno Mejía fue el primer párroco de Altagracia de los Guaiquerí, a partir del el 15 de agosto de1856, el presbítero Dionisio Centeno Mejía había nacido en Cumaná Primogénita del Continente Americano el 8 de abril de 1797 y murió en Caracas el 21 de noviembre de 1874.
"Recordar es vivir"
por: Víctor Lemus
Exconcejal de Cumaná. Primogénita del Continente Americano
Cumaná, junio 2025
Militar y político, precursor de la estadística moderna en Venezuela. Hijo de ANDRÉS AURELIO LEVEL de Goda y Grimaldo y de Luisa Antonia de la Guerra Vega. Con el grado de capitán de navío, había servido, en tiempos del presidente Juan Crisóstomo Falcón, en la subsecretaría de Marina del Ministerio de Guerra y Marina (1863). En esa oportunidad, había preparado un informe especial en el cual se enfatizaba la necesidad de poseer una buena marina y formulaba recomendaciones sobre matrícula marinera, organización de la armada, instrucción naval, academias náuticas, astilleros y construcción de faros y muelles. En el mismo documento, Level sustentaba el criterio de que las empresas de navegación a vapor debían preceder a los ferrocarriles. En 1864, ascendido a general de brigada, asumió la cartera de Guerra y Marina. Nombrado director general de estadística (1871), le fue encomendada por el presidente Antonio Guzmán Blanco la tarea de organizar y poner en marcha la recién creada Dirección General de Estadística, así como de preparar el Primer Censo Nacional de Población que se realizara en el país (1873); este primer censo fue completado con la publicación del Anuario estadístico de Venezuela y de los Apuntes estadísticos de los estados (1874-1876). Ministro interino de Relaciones Interiores (1873-1874), fue también gobernador del Distrito Federal (1879). Al igual que en 1873, formó la Junta que dirigió, a escala nacional, el censo de 1881. En 1876, publicó un trabajo titulado Las revoluciones de Venezuela a la luz de la estadística. Su Nomenclator de Venezuela fue editado por el gobierno con motivo del centenario del nacimiento de Simón Bolívar (1883). Miembro fundador de la Academia Nacional de la Historia (1888) instalada en 1889, fue diputado por el Gran Estado Miranda en el Congreso de 1890.
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El padre: Andrés Level de Goda y Grimaldo |
Incluso del papa, si rastreamos lo suficiente en el pasado
Este es un resumen con propósito informativo sobre la posible relación genealógica entre Antonio José de Sucre, prócer de la independencia suramericana, y Robert Francis Prevost, el actual papa León XIV, basada en hallazgos referidos en una investigación publicada por el New York Times, firmada por Henry Louis Gates Jr. en colaboración con American Ancestors y el Cuban Genealogy Club of Miami.
Así, más allá de la precisión documental, esta infografía busca ilustrar cómo es matemáticamente plausible que compartamos linajes con figuras célebres, incluso sin saberlo.
El objetivo central del libro es glorificar a Páez como símbolo de la libertad venezolana, como caudillo ejemplar de la independencia y como encarnación de las virtudes republicanas. En sus líneas se exalta la imagen del prócer no sólo como figura militar, sino como arquetipo moral y político, a quien las futuras generaciones deben mirar con admiración.
Luis Level de Goda le dice a Paéz: "Doscientas familias están pendientes de vuestra voz, esperando que pronuncies la palabra AMNISTÍA, palabra de que depende que los padres, los esposos, los hijos y hermanos de mil venezolanos vuelvan al seno de sus familias...De la última revolución no queda sino la compasión natural que sigue al castigo..." y le recuerda sus propias palabras: "Yo he cometido mil errores cuyas dolorosas sensaciones se han disminuido por la INDULGENCIA de mis compatriotas. Los sucesos de 1826... EL Libertador oyó mis ruegos y voló a interponer su política, y su poderoso influjo para salvar la patria: su presencia restableció la confianza pública... NO HUBO QUEJAS NI REPERCUSIONES".
Más que una obra de historia, es un acto de veneración cívica, que puede leerse también como un gesto político de su tiempo. Una reafirmación del legado de Páez frente a quienes, en tiempos posteriores, cuestionaban o minimizaban su influencia.
Luis Level de Goda (1838–1899). Militar, diplomático, político e historiador nacido en Cumaná. Fue combatiente en la Guerra Federal, senador, cónsul y fundador de la Academia Nacional de la Historia. Crítico de los gobiernos autoritarios, sufrió varios exilios. Como escritor, destacó por su compromiso con una visión republicana de la historia y por rendir tributo a los grandes hombres de la independencia, entre ellos, Páez, a quien dedicó con admiración ese libraco que reposa en mi biblioteca desde hace muchos años. Este Luis, es hijo de Andrés Eusebio Level de Goda (también conocido como Andrés Level de Goda y Grimaldo), militar y político nacido el 14 de junio de 1777 en Cumaná, quien actuó como gobernador de la provincia durante la Guerra de Independencia y ocupó cargos civiles de relevancia como oidor de la Real Audiencia y rector del Colegio de Cumaná. Quien a pesar de su posición e ideología política ayuda a Luisa Cáceres de Arismendi -de apenas 16 años- cuando viaja con su mujer en el barco (la goleta General Morillo) que la lleva detenida a las mazmorras de La Guaira: al “El Infiernito”. Una mano enemiga amiga, en aquella oscuridad y tiempo.
Tal día como hoy, nació -en Curpa, Portuguesa, Venezuela- el General José Antonio Páez (1790–1873). Héroe de las campañas de los Llanos y en la consolidación de la República. Junto a Bolívar, libró batallas decisivas como las de Las Queseras del Medio y Carabobo, donde su arrojo es legendario. Caudillo de la independencia y tres veces presidente de Venezuela. Sin embargo, tras la independencia, se apartó de las causas populares, acumuló fortuna y poder, y terminó gobernando al margen de los ideales por los que luchó. Murió exiliado en NY (6 de mayo de 1873), muy lejos del pueblo al que alguna vez sirvió con valor, postrado ante la oligarquía, luego de ser llanero indómito. Pero el cúmulo de sus errores no ocultan la inmensidad de su gloria.
PD: Cuando estuvo preso en el Castillo de San Antonio de la Eminencia por seis meses y medio (lapso aproximado), el pueblo cumanés le quiso con deferente afecto. Páez juró que cuando él regresara a Venezuela lo haría por Cumaná y así lo hizo. De alguna manera se ganó el cariño de aquellos ciudadanos. Su internamiento y el posterior exilio fueron parte de un proceso prolongado de persecución política; que dura hasta la actualidad.
[La imagen es la última fotografía de José Antonio Páez, en el año 1871. Tomada en Buenos Aires por el fotógrafo Christiano Junior, #159 de la Calle Florida. Imagen tomada del libro 20 retratos de Páez, de Alfredo Boulton]
El poder de la imagen: (el enemigo es un espejo)
Si la arrogancia hubiese de vestirse con carnes y gesto, bien pudiera escoger esta imagen para su encarnación.
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"Retrato ecuestre del Conde-Duque de Olivares" [https://mdl.artvee.com/sftb/224582fg.jpg] |
Un retrato que condensase en la figura humana la soberbia del mando, es sin duda el "Retrato ecuestre del Conde-Duque de Olivares" de Diego Velázquez (~1636), donde el valido de Felipe IV -montado su caballo bayo, como si presintiera el comando de una carga gloriosa- aparece ataviado con armadura bruñida, cruzado al pecho por la banda carmesí de capitán general, señalando con su bastón de mando hacia un campo de batalla que jamás visitó. No es precisamente ese gesto lo que debe impresionar, sino el rostro mismo del valido, vuelto en tres cuartos con la barba en punta y los bigotes envalentonados, lanzando una mirada altiva hacia la izquierda (donde ha de suponerse a sus subalternos), como quien revisa si los hombres, las provincias y hasta los cielos están dispuestos a obedecerle; y aunque nunca condujo tropa alguna al combate, ahí está -firme, teatral, magnífico en su impostura-.
El 10 de junio de 1786, en Villa de Leyva, Boyacá, Nueva Granada (hoy Colombia), nació ANTONIO CLEMENTE JOSÉ MARÍA BERNABÉ RICAURTE LOZANO. Fue un criollo rebelde que tuvo una destacada actuación en la lucha independentista contra el régimen colonial. Se alistó como Capitán en la Campaña Admirable de 1813, a solicitud de Simón Bolívar, y participó en combates claves como La Grita, Niquitao y Taguanes, hasta entrar triunfante en Caracas. Era hijo de Esteban Ricaurte Mauris y de María Clemencia Lozano Manrique, nieta del Marqués de San Jorge. Sobrino de Jorge Tadeo Lozano, estudió en el Colegio Mayor de San Bartolomé y trabajó como escribano de cámara.
En 1814, le tocó custodiar el parque de armas de la Hacienda San Mateo. Cuando las tropas realistas irrumpieron, -se asegura- que Ricaurte prendió fuego a la pólvora 💥, inmolándose para impedir que el arsenal cayera en manos enemigas. Murió como héroe, y su acto es recordado como uno de los más valientes de la gesta libertadora. Su memoria es honrada en el Museo de la Casa Bolívar en San Mateo (Venezuela), aunque sigue siendo uno de los héroes menos reconocidos en su tierra natal.
PD: Cuando visité Colombia en diciembre de 2024, fui expresamente a Villa de Leyva a rendir tributo a Ricaurte y también a Nariño [Antonio Amador José de Nariño y Álvarez del Casal], el ingenio Bolívar ya lo había visitado hacía unos 50 años. También fui por supuesto, a conocer el histórico Campo de Boyacá donde El Libertador forja a Colombia (finiquita el Virreinato de la Nueva Granada), y materializa el sueño de Francisco de Miranda. [mi visita fue una deuda que tenía pendiente]🙏.
(Cont.)
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