domingo, 14 de junio de 2015

LA CASA NATAL DE ANTONIO JOSÉ DE SUCRE (De la incertidumbre a la geometría del espacio real)


  Habiendo ya transcurrido doscientos veinte años (referido a la fecha de publicación de este material) del vil asesinato de Antonio José de Sucre, hijo de Cumaná; es justo anteponer el esclarecimiento del lugar de su Casa Natal ante la magna Conmemoración de los 500 años de la Ciudad. El cumanés don Pedro Elías Marcano, nacido el 5 de diciembre de 18551, ha sido el más dedicado y afortunado de los que nos preceden en la búsqueda del lugar de la Casa Natal de AJS. A finales del siglo XIX y principios del XX, se adelantó una investigación que motiva al presidente del Estado Sucre, General Eliseo Sarmiento, a emitir el Decreto No 1079 del 19 de abril de 1913. El sitio determinado por la tradición y las investigaciones principalmente realizadas por don Pedro Elías Marcano, fue ennoblecido por el ejecutivo del Estado Sucre, con un monumento en memoria del Gran Mariscal de Ayacucho. La figura muestra la ubicación relativa y dimensiones aproximado de la Plaza de Armas del fuerte de Santa María de la Cabeza (resaltado azul). El área resaltada en ocre, se corresponde en el plano de la Comisión de Límites de 1754, con el lugar del hospedaje de Jose Iturriaga y con la parcela norte de las referidas en el plano de los Guardias Marinas (resaltado amarillo en la Figura 15 y 21). Dicha parcela, es parte del área requerida por el Ingenieros Agustín Crame en 1777, para un proyectado cuartel para tres compañías de infantería. Por su ocupada antigüedad verificada (+1753-1793), relevancia, ubicación, linderos, dimensiones y extensión longitudinal en el eje O-E (frente hacia el norte y patio hacia el sur): se puede afirmar que es la parcela original donde don Pedro Elías Marcano, señala la ubicación de la Casa Natal de Antonio Jose de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho. Señalamiento que compartimos y hemos corroborado; utilizando fuentes y métodos distintos.




Autores:     Rommel Contreras y Alexander Castro
                                                                 



sábado, 29 de noviembre de 2014

ANDRES BELLO ANTE LA HISTORIA

Octubre y noviembre recogen las fechas inicial y final de Andrés Bello; de su nacimiento en Caracas, el 29 de noviembre de 1781, y de su muerte en Santiago de Chile, el 15 de octubre de 1865. Un periplo vital de 84 años, repartido en tres etapas: su época caraqueña, de 29 años; su época londinense, de 19 años, y su época santiaguina, de 36 años. Una vida de esfuerzos continuos, con voluntad y dedicación de aprender y ser útil, para erigirse ante la historia como educador, Libertador Cultural de América, y Patriarca de las Letras Americanas.
Hasta junio de 1810, en que, de 29 años, sale hacia Londres con Simón Bolívar y Luis López Méndez, en misión diplomática, a buscar apoyo y reconocimiento ante la Corte inglesa para la independencia venezolana, cumple su labor venezolana, que es la de su aprendizaje básico, de sus primeros escarceos en la educación, con alumnos particulares, tarea que será la fundamental de su vida, y que se inicia con su primer y más significativo discípulo, Simón Bolívar, el futuro Libertador, y su labor administrativa como Oficial Segundo en la Capitanía General de Venezuela, y de sus primeros escritos. Obtuvo en Caracas Bello sus conocimientos básicos en idiomas, latín, inglés y francés, y en matemáticas, humanidades y filosofía, y su título de Bachiller en Artes, expedido por la Real y Pontificia Universidad de Caracas, donde inicia también estudios de derecho y de medicina, que abandona por razones económicas, pero que le dan bagaje suficiente, para ser reconocido ya en Caracas como aventajado intelectual, para, luego, continuar con éxito su formación en Londres, y su tarea docente, que luego será intensa y provechosa en Chile.
En Londres, además de su actividad diplomática como representante de Venezuela, y de otros países americanos continúa sus estudios y realiza profundas investigaciones, fundamentalmente en el Museo Británico, donde fue asiduo visitante por 17 años, cuyos primeros resultados publica, entonces  y basamentan, además de las políticas y diplomáticas, sus actividades docentes, que le permiten su subsistencia. Destaca, entonces su labor periodística, y de difusión, en sus importantes revistas, Biblioteca Americana y El Repertorio Americano. Es la época también de abogar por su regreso a Venezuela, primero y a Colombia, luego, sin éxito, lo que lo obliga a marcar rumbo hacia Chile. Y la época también de establecer familia, contrae matrimonio en 1814, con Mary Anne Boyland, y nacen sus primeros hijos, viudo, vuelve a casarse con Isabel Antonia Dunn, en 1824. En su larga vida, Bello ve nacer y crecer sus hijos, tres con Mary Ann y doce con Isabel, quince en total; pero también ve morir a ocho de ellos, tres infantes y cinco adultos.
En Chile, la más amplia y conocida de las etapas de su vida, es su total dedicación a su labor civilista y educativa, donde se destaca en su tiempo y para la historia, como jurista, político, consultor, científico, historiador, gramático, filólogo, lingüista, educador, internacionalista, legislador. Y su labor docente, enriquecida con su tarea rectoral al frente de la Universidad de Chile, desde la fundación de la institución en 1843 hasta su muerte en 1865, a lo largo de 22  años, dedicados al desarrollo de una tarea educativa de gran aliento y significación, que enriquece en sumo grado su labor pedagógica que contribuye en grande a reconocerlo como “el gran Humanista de América”. Se proyecta entonces como paradigma intelectual de Hispanoamérica, y Chile lo ostenta como uno de sus preclaros connacionales.
La obra de Bello en su amplitud y profundidad comprende: sus poemas y silvas, El análisis ideológico de los tiempos de la conjugación castellana, Gramática castellana, Gramática latina, Filosofía del entendimiento, Código civil, Derecho internacional o de gentes, Derecho romano, Cosmografía, Estudios filológicos, educativos, históricos, su obra periodística, y su rico epistolario. Su obra, copiosa para “un solo hombre y una sola vida”, obra profunda, extensa, variada y rica, su publicación abarca ya 26 tomos, en la edición caraqueña, organizada con dedicación, disciplina, amor, admiración  y sumo cuidado por la Comisión Editora designada para tal efecto.

Las temáticas, variadas y ricas, comprenden, además de su valiosa actuación como columnista y difusor, diversos aspectos del quehacer humano, y de la naturaleza, que unida a su labor entre otras, en el campo jurídico, administrativo y gubernamental, expresan  su valiosa actuación en los tres países en que le tocó vivir y actuar, para ser conocido históricamente como hombre de cultura, y para la cultura de un pueblo, en suma: educador y civilizador, sin parangón en nuestro ámbito hispanoamericano. Ejemplo fecundo, para las nuevas generaciones.

por:  Gilberto J. López

miércoles, 12 de noviembre de 2014

EL ARCHIVO DE MIRANDA

En sus distintos viajes y circunstancias, Miranda se aficionó a recoger y conservar, anotándolo, todo lo que veía y obtenía. Así fue reuniendo un gran número de papeles, folletos, tarjetas, programas artísticos, cartas, negociaciones, referencias, invitaciones, recomendaciones, impresiones y observaciones anotadas de su propio puño y letra, con lo que conformó un extraordinario archivo, copioso como sus propias aventuras y largo caminar por las más importantes sendas de su época. Será constante de su vida: la compra de libros, la visita de lugares, iglesias, hospitales, instalaciones militares y fortalezas, conventos, museos, bibliotecas, universidades, puertos, conciertos y representaciones teatrales, campos y regiones agrícolas, admirando y describiendo paisajes, y el conocer connotados personajes de las regiones visitadas, hombres y mujeres: políticos, clérigos, artistas, filósofos, escritores, cortesanos, en cuyas conversaciones no falta el conocimiento e intercambio de libros, y el amor correspondido de alguna damisela, para el solaz de sus noches solitarias. Todo registrado en sus Diarios y recogido en su fenomenal Archivo.

Ese impresionante archivo, producto de la acuciosidad y amplitud de miras de un fabuloso personaje, fue llamado por él mismo “Colombeia”, conformado ahora por 63 tomos. Hoy se dispone de una versión digitalizada de ese archivo, producto del esfuerzo del Gobierno bolivariano por conservarlo y difundirlo.

Pero ese archivo no reposaba tranquilamente en la londinense casa mirandina de Grafton Street (hoy Grafton Way); parece que siempre se movía, viviendo las mismas vicisitudes de su inquieto propietario.

Ya en Venezuela, en su última gran aventura, de 1810 a 1812, Miranda lo llevaba consigo, y nutriéndolo con nuevos papeles. Después de la Capitulación de 1812, y previendo su incumplimiento por Monteverde, Miranda hace gestiones para salir por La Guaira. Aspiraba llegar a Cartagena, para con el apoyo de Nariño reemprender la lucha. Miranda envía su archivo a La Guaira para ser embarcado en la goleta inglesa Saphire, para trasladarse a Curazao. Apresado Miranda en la Guaira, en la infausta madrugada del 30 de julio, quizás no supo más de su archivo, para aumento de sus tormentos y desesperación en las prisiones de La Guaira, Puerto Cabello, Puerto Rico y La Carraca, de Cádiz, hasta su muerte el 14 de julio de 1816.

Sin embargo, el archivo también siguió su particular aventura. Según lo referido por Gil Fortoul, en nota 3, p. 172 de su Historia Constitucional de Venezuela, el archivo de Miranda fue a parar a Curazao, en manos del Gobernador Hogdson de esa isla, entonces posesión británica. Hodgson lo envía a Londres a Lord Bathurst, a la sazón Ministro de Guerra y Colonia, quien lo lleva a su castillo de Girencester en Glouseterhire. Allí lo descubre en 1922 el historiador norteamericano Robertson. En 1924 el historiador Caracciolo Parra Pérez confirma el hallazgo y lo participa al Gobierno venezolano, y por orden de éste lo compra en 3.000 libras esterlinas al Lord Bathurst, de entonces. Fue publicado bajo la dirección del historiador Vicente Dávila. Los papeles correspondientes a 1810-1812 fueron comprados por el historiador venezolano Marqués de Rojas a Leandro Miranda, hijo del Precursor y lo entregó a Rojas Paúl, Presidente de la República. Durante mucho tiempo el archivo mirandino estuvo en la Academia de la Historia. Hoy se encuentra en las bóvedas del Archivo General de la Nación.

Así se recuperó para las generaciones posteriores este interesante y colosal aporte mirandino, la fuente más segura de información para conocer, entender y justificar las acciones de este extraordinario pensador y combatiente de la libertad, revolucionario cabal que le cupo en suerte participar en las grandes revoluciones de su época: la estadounidense, la francesa y la hispanoamericana. Honor y gloria a nuestro insigne compatriota.


por: Gilberto J. López



                       Los papeles de Miranda                                          

jueves, 30 de octubre de 2014

SIMON RODRIGUEZ Y EL LIBERTADOR


Para muchos historiadores e intérpretes de nuestra historia, Simón Rodríguez brilla en su vida sólo como el maestro de Bolívar. En verdad, fue maestro de Bolívar. Era el hombre que imbuido del nuevo pensamiento impulsado por la Ilustración vio en su alumno Simón Bolívar el niño rico, huérfano, vivaz e inteligente, para ser moldeado, según las ideas educativas propaladas por Juan Jacobo Rousseau. Y por ser maestro, que concebía una nueva escuela y una nueva pedagogía, que rompía con todos los principios que como antiguallas venían del viejo orden, teológico y clerical, se le consideró un loco, de ideas estrafalarias. Con esta visión, se le identificó en su vida y se le ha querido distinguir, en el presente histórico, de ayer y de hoy.

Pero Simón Rodríguez, más que un maestro, aunque vivió mayormente de la enseñanza, fue un filósofo, un pensador social profundo, que visualizó un nuevo hombre y una nueva sociedad, y que recogió sus reflexiones en obras capitales, muchas desaparecidas, pero que afortunadamente sobrevivieron para el estudio y análisis de hoy: “Sociedades Americanas en 1828” y “Luces y Virtudes Sociales”, con otras no menos importantes como su Defensa de Bolívar, Consejos de Amigo dados al Colegio de Latacunga, y sus Reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de primeras letras de Caracas (1794), y otras, relativas a informes técnicos de ocasión, y sus artículos periodísticos.

Este hombre, que en la opresiva vida colonial venezolana, se atreve a formular reparos a la Escuela de Primeras Letras de Caracas, cuando era maestro en ella, y que es señalado como supuestamente implicado en la conjuración de Gual y España, de 1797, se vio obligado, a los 26 años, a abandonar nuestro país, y con un insaciable afán de caminante, se dio a visitar, en un trashumante peregrinaje, las Antillas, los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Prusia, Polonia, Rusia, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, sin llegar a España, y sin volver a Venezuela, hasta morir de 84 años, en Amotape, Perú.

Agudo observador, aprendiendo y enseñando- hasta en Rusia tuvo una escuela - idiomas, filosofía, ciencias, ensayando métodos pedagógicos, una nueva e ingeniosa tipografía para difundir sus escritos, y plasmando un pensamiento revolucionario, opuesto en todo al viejo orden medieval, y proponiendo a la educación, como el medio de creación del nuevo hombre para los nuevos tiempos.
Cuando vio a Bolívar en la cúspide de su poder, y que orientaba sus pasos hacia la materialización de los nuevos ideales, buscó su regreso a América, para reencontrase con el grande hombre, el único capaz de entenderlo y de hacer materializar sus sueños sobre la vida social novedosa que aspiraba.
Los dos titanes se encontraron, para recordar sus vaivenes y aventuras europeas, y para –en medio de las viejas oligarquías de las regiones andinas- intercambiar ideas sobre lo necesario de hacer para las nuevas repúblicas y lograr el hombre republicano.

El estadista y el filósofo, soñadores ambos, pero el uno atosigado por la gloria, y el otro, por el afán de las realizaciones, y ambos, con el afán de hacer. El creador de repúblicas pone en manos del nuevo pedagogo, la dirección de los asuntos educativos para los nuevos tiempos. Dos tareas y dos destinos distintos; uno siguió su camino hacia la gloria, pero también hacia el ocaso, en su temprana muerte; el otro, como maestro incomprendido, aun hasta por el propio Sucre, a cuyo cargo quedó, para luego como incansable andariego por la Cordillera, de pueblo en pueblo y de fracaso en fracaso, morir pobre y abandonado, considerado como loco, por su profundo y desacostumbrado pensamiento.
Rodríguez chocó con los intereses de los aristócratas oligarcas terratenientes, y los teólogos y clérigos del viejo sistema, su obra era un tremendo taladro que horadaba profunda y poderosamente los viejos intereses y concepciones, que se convirtieron en inmenso valladar donde se estrellaron irremediablemente las ideas de avanzada del genial filósofo y pedagogo.

Hubo que esperar nuestro tiempo, en el umbral de una nueva revolución, para que el ideario de Rodríguez, pieza fundamental en el pensamiento social latinoamericano, empiece a ser revalorizado verdaderamente, y reconocido su autor como un adelantado en su época. Consciente y profundamente convencido del significado de sus propuestas, en momentos de desesperación al no encontrar apoyo, ausente ya el Libertador, tuvo razón el maestro cuando alguien queriéndolo tranquilizar le dijo: “Sabemos que Usía ha sido el ayo de su excelencia”, y expresóle inmediatamente: “Qué ayo, ni qué zarandajas“. “Yo no estoy aquí por ayo de nadie. He venido a realizar una gran obra y ese es mi único título. No tengo padrinos, ni protectores, ni valedores. Vengo a echar las bases de una República verdadera. Que no han sabido hacerla hasta ahora. Ni la van a poder hacer mañana. ¡No! Porque no empiezan por donde hay que comenzar”. Y recalcando su vocación de servicio americanista, le escribe a Bolívar, desde Guayaquil, el 7 de enero de 1825: “Yo no he venido a la América porque nací en ella, sino porque tratan sus habitantes ahora de una cosa que me agrada, y me agrada porque es buena, porque el lugar es propio para la conferencia y para los ensayos y porque es usted quien ha suscitado y sostiene la idea”.

Visto como un pensador recalcitrante, era en verdad un soñador que creía ciegamente en la transformación del hombre y de la sociedad. 

por:  Gilberto J. López

viernes, 24 de octubre de 2014

ANIVERSARIO DE LA MISIÓN SUCRE

El pasado sábado 11 de octubre, 2014, cumplió su décimo Primer Aniversario, llevando luces en una población venezolana que la requería y que había permanecido marginal por décadas de hegemonía oligarca alentada de manera intencional por las fuerzas imperialistas influyentes en el país. La Misión se caracteriza en la actualidad por la presencia en el activismo estudiantil de venezolanos de todas las edades. Como referente de Educación Transformadora la Misión Sucre fue lanzada al activismo educativo por el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, el 11 de octubre de 2003, como parte del programa revolucionario (Decreto Presidencial 2061 del 8 de septiembre de 2003: http://misionsucreiutminforma.blogspot.com/ consulta del 20 de octubre de 2014).

“En la Misión Sucre se conjuga una visión de justicia social, con el carácter estratégico de la educación superior para el desarrollo humano integral sustentable, la soberanía nacional y la construcción de una sociedad democrática y participativa, para lo cual es indispensable garantizar la participación de la sociedad en la generación, transformación, difusión y aprovechamiento creativo de los saberes y haceres” (Denis Linares, 26 de julio de 2007: http://misionsucreiutminforma.blogspot.com/ 20 de septiembre de 2014).

Entre los objetivos fundamentales de la Misión Sucre se pueden señalar los siguientes:
1)     Facilitar la incorporación y prosecución de estudios en la educación superior de todos los bachilleres, en concordancia con los postulados de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
2)     Garantizar el acceso (a los centros de educación universitaria) a los nuevos bachilleres que egresen de la Misión Ribas.
3)     Promover la reflexión, discusión, concepción e implantación de un nuevo modelo educativo universitario y formar los ciudadanos profesionales requeridos para el desarrollo en los términos de la Carta Magna.
4)     Lograr la incorporación definitiva a la educación superior  de la población de bachilleres que no han podido estudiar en la universidad.
5)     Diseñar e implantar el Programa de Iniciación Universitaria (PIU) que favorece el tránsito de los bachilleres a la educación superior como respuesta al aumento de la matrícula en las instituciones universitarias.
6)      Conformar una red con todas aquellas instituciones y organizaciones que puedan cooperar de manera sustantiva en el desarrollo y consolidación de la Misión Sucre.
7)     Desarrollar  currículos que contribuyan e impulsen el Proyecto de Desarrollo Nacional Endógeno y Sostenible como una  esencialidad con respecto a la necesidad de propiciar un currículo abierto, flexible, dinámico e innovador que desarrolle e innove planes de estudio, metodologías y recursos para el aprendizaje.
8)     Prever e  implementar modalidades de formación como: la presencial, la semipresencial, la educación a distancia, la no convencional, y propiciar la  acreditación de experiencias.
9)     Poner en marcha (originar) estrategias de transformación del Sistema de Educación Superior, con base en el Desarrollo Endógeno y Sostenible, que impacten en lo local, regional y nacional, a la vez que se corrijan las anomalías y desaciertos presentes en este sector educativo (admisión, sesgo social, deserción, calidad de enseñanza, entre otras).
La finalidad de la Misión Sucre se puede resumir como sigue: “La Misión Sucre tiene por finalidad facilitar el acceso y la prosecución de la educación universitaria pública, permanente, integral, gratuita y en igualdad de oportunidades de todas las y los bachilleres que así lo demanden, con el propósito de incrementar (realzar)  el nivel educativo de la población venezolana y formar ciudadanos (as) comprometidos con el desarrollo del país, a través del establecimiento de nuevos modelos educativos universitarios sustentados en la sinergia institucional y la participación comunitaria, con base en los imperativos de la democracia corresponsable, participativa y protagónica”.
       Gracias a la Misión Sucre, Venezuela no tiene más población flotante  en las tinieblas universitarias, y se ubica como el quinto país en el mundo con libre  acceso a la educación universitaria y el segundo en América Latina.
De acuerdo con las líneas administrativas de la Misión Sucre  ahora las y los estudiantes universitarios no deben, o tienen que,  migrar de sus pueblos de origen para poder realizar una carrera universitaria, pues cuentan con  las Aldeas Universitarias, en su entorno inmediato.
Al respecto está pendiente  lanzar como refuerzo  el Plan Ofensiva Ayacucho, un programa intensivo para expandir la Misión Sucre, basada en cinco líneas estratégicas.
La Misión Sucre es un plan educativo pionero en la municipalización de la educación universitaria, a escala nacional, con la puesta en funcionamiento de más de 1.300 aldeas universitarias en las que se imparten clases para formar a los venezolanos.
En un principio su objetivo era graduar a más de 400.000 personas relegadas de la educación universitaria en la IV República, pero debido a su capacidad de expansión se ha convertido en otra forma de ingresar en los estudios de cuarto nivel.
La Misión contempla 26 áreas de formación: Enfermería, Derecho, Actividad Física y Salud, Sistemas e Informática, Artes Plásticas, Tecnología de la Producción Agroalimentaria, Geología y Minas, Medicina Integral Comunitaria, Formación de Educadores, Hidrocarburos Gas, Hidrocarburos Petróleo, Hidrocarburo en Refinación y Petroquímica, Mecánica, Química, Turismo, Comunicación Social, Estudios Jurídicos, Gestión Ambiental, Gestión Social para el Desarrollo Local, Electricidad, Electrónica, Construcción Civil, Transporte Acuático, Diseño Integral, Administración e Información y Documentación.
Se trata de un compromiso científco-educativo, al estilo de cualquier capitulación independentista y emancipadora,   firmado por la Revolución Mirandista-Bolivariana, conducida en su oportunidad por el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías. Una vez más se pone al servicio de la comunidad en extenso la Educación de rango universitario, con proyecciones populares  en sintonía con el mensaje de Simón Rodríguez. Por la recuperación de nuestras inteligencias  ¡Seguiremos Triunfando!

Adaptación: Prof. Celestino Flores


Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/mision-sucre-alcanza-su-decimo-aniversario-educacion-transformadora/ (Consultado: 20 de octubre de 2014)

Por una Patria y una Madre Tierra sanas y habitables para todos y para siempre, desde Cumaná, a los 22 días del mes de octubre de 2014. Cordialmente Prof. Celestino Flores, invocando el apoyo de las fuerzas revolucionarias Mirandistas Bolivariana

jueves, 16 de octubre de 2014

EL 16 DE OCTUBRE DE CUMANÁ

(Discurso pronunciado por el Lcdo. Rommel José Contreras Gaspar, el día 16 de octubre de 2014 en El Salado (Escuela Marco Antonio Saluzzo). Homenaje que rinde la Academia de la Geo-Historia del Estado Sucre  a sus héroes en la Ciudad de Cumaná.)


Este es un acto para recordar amargos y gloriosos hechos, sucesos acaecidos sobre esta tierra, en estos espacios. Se lo debemos a los que nos antecedieron y ofertaron sus sacrificios y vidas para levantarnos como República y conformarnos como Nación. A ellos dedico estas palabras con el compromiso de que otros (ustedes niños y jóvenes) continuarán recordando sus luchas, batallas y victorias.


MP-VENEZUELA,72Este lugar donde nos agrupamos, fue antiguamente la plaza pública de la  misión de Nuestra Señora de Altagracia. Un pueblo construido para alojar a los indios recogidos en el monte y en la playa, de acuerdo a las instrucciones iniciales del rey Felipe IV para que fuesen dotados de capellán “… los guaiqueríes e indios privilegiados y brasiles residentes en Cumaná”. Instrucción que Fr. Damián López de Haro (obispo de Puerto Rico) ordena cumplir cuando su visita en 1648[i].

Este suelo, antes fue atravesado por caños y pequeños arbustos; suelo de color ocre, inundable y con manchones de sal, hoy es centro de instrucción escolar, bordeado de sectores donde aun habitan los descendientes de sus antiguos pobladores guaiqueríes; aunque Altagracia fue reconstruido en lo que ahora es la Plaza Bermúdez; El Salado fue su origen[ii]. Estos elementos; hombres y naturaleza son protagonistas de lo que vamos a recordar.

Para hablar de los sucesos acaecidos aquí y en los alrededores, exactamente un día como hoy 16 de octubre, hay que serenarse para no «sobrecogerse de dolor y espanto»[iii]. Este suelo debe ser libro abierto que nos recuerde los peligros de la guerra civil, de la guerra fratricida, de los extremos irreconciliables, del uso del terror como elemento de presión social y de lo monstruoso del aniquilamiento selectivo y sistemático de seres humanos.

En el funesto año 1814, la Revuelta Popular que inició un bodeguero en el llano venezolano: ya era guerra civil al llegar a las sabanas de El Salado, Boves teniente Coronel y sus seguidores… un formidable ejército popular. La principal orden del comando de esa tropa relativa a la conducta en el oriente de Venezuela; no fue muy distinta de las ejecutadas en Caracas y otros puntos de la geografía nacional; se resume en una orden sucinta dirigida al gobernador interino de la Ciudad de Cumaná:

 “Cuantos patriotas caigan en sus manos sin más examen ni aviso los pasará pr. las armas, haciéndolo a Vmd.[iv] responsable de su cumplimiento[v].
Tte. Cnel. José Tomás Boves

Boves fue el causante de la gran emigración al Oriente, 20000 almas abandonan Caracas con destino a Barcelona: veinte y tres días de intrincado camino, asediados por mar y por tierra. Este río de gentes dirigidas personalmente por el Libertador Simón Bolívar, a finales de agosto, el día 25, llegan en busca de refugio a Cumaná. Recibimos una emigración agigantada; por cuatro días la ciudad se turba en la anarquía, el día 29 fue ocupada por una vanguardia de Boves.

Hasta que aparece en nuestro horizonte, procedente de Margarita y pasando por Cariaco, el invicto Manuel Carlos María Francisco Piar Gómez; el General viene con un ejército de orientales. Acude por su cuenta a la defensa de Cumaná y de su gente; la ocupa el 19 de septiembre, poniendo en fuga hacia Barcelona la avanzada de la tropa de Boves. La presencia del ejército patriota comandado por Piar en Cumaná, desvía a Boves de su intención original de atacar a Maturín y personalmente acude con un grueso de su ejército a reducir a la ciudad; como lo hizo.

Navarrete / 1817Hace exactamente 200 años, el ejército de Boves que acampaba desde el día anterior en los Bordones, entra a los predios de Cumaná: la sabana de El Salado. Inútil fueron los esfuerzos del valeroso General Piar para contener aquella arrolladora fuerza popular. Pero gloriosa fue su única derrota, ya que permitió a muchos abandonar la ciudad.

Boves inicia la masacre de los inmigrados y de los vecinos de Cumaná; su capellán (Llamozas) declara el cúmulo de sus desmanes:

“Dio Boves orden a la tropa para que entrara en la ciudad y matase cuantos hombres se encontraban, como así lo ejecutó. Después de estar aquella reducida, entrando varios a caballo dentro de la iglesia parroquial, buscando a los que en ella se habían refugiado para matarlos…” [vi].

Por respeto de la inocencia de los niños y jóvenes que nos acompañan, que deben «por ahora» quedar ajenos a estas vilezas de nuestras historia: no describiré el cúmulo de crímenes ejecutados sobre los cumaneses y los refugiados emigrados de Caracas y Barcelona. Fueron crímenes horrendos los cometidos por aquella tropa abanderada realista; compuesta de hombres que en su muy gran mayoría eran también venezolanos. Pero muchachos: maduros ya en su temple y en su formación será necesario que regresen a estos sucesos y los estudien en detalle, para que entendidos en ellos cuiden de que nunca se repitan.  Sin embargo citaré un pasaje tomado de Juan Uslar Pietri que bien describe el fondo de aquella Rebelión Popular de 1814:

“Al salir de Cumaná, Boves ordenó que se aumentara su ejército con los hombres de los pueblos vecinos… Boves pasó revista. Terminada ésta ordenó que todos los voluntarios o reclutas que fueran blancos aunque fuesen realistas: «Los hizo morir a todos en el campo por la noche»”[vii]

Por las acciones anteriores a las de Cumaná, el rey asciende a Boves a Coronel; grado que no disfrutó (y que no le hubiere gustado), muere por un justiciero lanzazo patriota, ese mismo año, el 1ro de diciembre en Urica. Su rebelión deja una nación ensangrentada: dice Llamozas, «A consecuencia de este sistema han desaparecido los blancos. En Cumaná solo han quedado 5 o 8 del país [vivos]...»[viii]; y más de 2000 cadáveres de cumaneses.

Nuestro defensor del año 14, el General Piar, héroe de la batalla de San Félix y de tantas otras: en 1817 pretende comandar las operaciones en Oriente. Pretende comandar las operaciones en un territorio por el cual había luchado una buena parte de su vida. Por ello se le acusa de entorpecer las acciones emanadas por el ahora Jefe Supremo Simón Bolívar, se le acusa de querer establecer un nuevo gobierno y de sembrar desconfianza y rivalidad entre las gentes de color, de abandonar el ejército para reclutar gente en la provincia de Cumaná con intenciones de formar un ejército propio, se le acusa de sedición; partes de esas acusaciones o sombras de ellas también se extienden a otro de nuestros grandes, el General Mariño (El Libertador del Oriente de Venezuela):

“En una Junta de Generales y Jefes fue reconocida de nuevo la autoridad del jefe Supremo «el Libertador Simón Bolívar», quien mandó traer preso a Piar con el General Cedeño, y puesto en Consejo de Guerra, fue condenado como sedicioso y desertor, y ejecutado el 16 de octubre en la misma plaza en que entró triunfante pocos meses ante «en Angostura, actual Ciudad Bolívar»” (Francisco Javier Yanes)[ix].

Como una ironía del destino o una mala concurrencia de las efemérides históricas, el General Manuel Carlos Piar fue ejecutado por sus propios hermanos un día 16 de octubre; el mismo día cuando con valor enfrentó a los rebeldes realistas del año 1814 en Cumaná. El será uno de nuestros propósitos como miembros de la Academia de la Geo Historia del Estado Sucre: estudiar, analizar y divulgar aquellos tristes sucesos que aún se encuentran en nuestras conciencias resonando y girando como temas no completamente aclarados y razones no plenamente establecidas. Y me refiero tanto al General Manuel Carlos Piar como al General y Libertador de Oriente Santiago Mariño Carige[x], y tantos otros héroes regionales y locales que la historia patria ha apartado con tratamiento injusto e inmerecido.

Nada diré sobre la otra importante efeméride que recordamos hoy, sin antes asumir y decir frente a estos patriotas (niños y jóvenes), que un país se construye con el empeño de sus ciudadanos, con valentía, y con justicia; todo ello requiere de disciplina y mucho más en momentos azarosos de la República. Mientras fuerzas ajenas y extrañas pretenden desviarnos de nuestro quehacer republicano, y de nuestra vida ciudadana, bajo esas condiciones: es la disciplina, la unión y la justicia lo que debe imperar sobre todo y todos.

La liberación de Cumaná…

La Rebelión Popular de 1814 trajo como consecuencia la pérdida de la Segunda República, a estos sin sabores debemos agregar el arribo a nuestras costas  de la expedición del afamado general español Pablo Morillo (principios de abril de 1815), se nos aleja la Libertad, pero a su tiempo; luego de 11 años de guerra, un 16 de octubre de 1821, llega el momento definitivo para liberar a Cumaná del yugo español. Esa fue una responsabilidad que el Libertador Simón Bolívar sabiamente dejo en manos de uno de nuestro grandes generales, José Francisco Bermúdez.

Boves se llevó es su vorágine una muy buena parte de los patriotas cumaneses y otros tantos de los llegados de la emigración[xi]. Los patriotas que salvaron su vida se desparramaron por las islas del Caribe desde donde emprendieron la lucha por la causa americana. El Oriente alojó a partir de 1815 a parte de la tropa de Morillo, y bajo su guardia y presencia, en aquellos años, Cumaná sirvió de refugio de afectos a la causa realista; incluso muchos de los indios «vasallos privilegiados», se mantuvieron indiferentes a la causa republicana. Recojo las palabras de un oficial español escritas 1820, el Capitán Rafael Sevilla (en sus memorias):

“No me detendré a narrar todos los incidentes  que me acaecieron durante mi permanencia en este puerto. Pero si debo consignar que pronto me hice querer y respetar de aquel leal vecindario, en el que reinaba el mejor espíritu a favor de la causa española[xii].

Fue esa presencia de afectos a la causa realista la que determinó que Cumaná fuera la última de las ciudades venezolanas liberada del yugo español; después de Carabobo.

El General Pablo Morillo junto con el Libertador Simón Bolívar, el 26 noviembre de 1820 firman en Santa Ana de Trujillo,  el Tratado de Armisticio y Regularización dela Guerra: hacer la guerra “como lo hacen los pueblos civilizados"; respeto a los no combatientes, canje de prisioneros,  y fin a las prácticas de la guerra a muerte. Este tratado es considerado actualmente como el principal antecedente del Derecho Internacional Humanitario. Bolívar dijo de él; en su Resumen Sucinto de la Vida del General Sucre:

“Este tratado es digno del alma del general Sucre: la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron: él será eterno como el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra: él será eterno como el nombre del vencedor de Ayacucho.”[xiii]

Toñito Sucre no sólo dejó en ese Armisticio profunda huella, fue estricto al ponerlo en práctica en su gesta libertaria de los pueblos del Sur. 

Sobre el derecho humanitario, el Derecho de Gentes, otro venezolano de esa época escribiría ampliamente, también en el Sur: en la República de Chile. Uno de nuestros grandes cuya familia fue vecina de Cumaná, se trata de Andrés Bello, fue el primero que consolidó las bases jurídicas que hoy sostienen los Derechos Humanos en el mundo; y así se le reconoce. No puede ser casualidad que dos sur americanos: Sucre y Bello, consideraran formalmente hechos tan fundamentales para el hombre y que de ellos a pesar de todos sus infinitos logros, sea lo humano, lo más sublime de su trascendencia.

Fotos del autor - 2006Cuando el General José Francisco Bermúdez, el día 15 de Octubre de 1821 se entrevista en la Casa Fuerte de la Boca del Río con el Coronel español José Caturla, para discutir los términos de la Capitulación de las tropas acantonadas en Cumaná, y poner fin al sitio que por dos meses tenía la muy nutrida fuerza patriota sobre la ciudad; los principios humanitarios de “Toñito Sucre” estuvieron presentes.

Cito nuevamente al español Sevilla: El acuerdo  “consistía en entregar la plaza al enemigo [los patriotas]  el día siguiente… marchando la gente [los realistas] a alojarse al barrio de Puente Afuera [actual plaza Bermúdez], como si estuviéramos en paz…" [xiv]

Bermúdez ese día se coronó de gloria: al abandonar Cumaná el ejército español no recibió ningún vejamen, pero España toda recibió una lección que aun la humilla, respecto a la conducta de sus tropas en los campos americanos. En Cumaná el 16 de octubre de 1821 no se vivió el horror ni los crímenes y humillaciones que años antes Boves había ordenado sobre los cumaneses y los inmigrados, aquí no se practicaron los horrores y las miserias que Morillo (llamado “El Pacificador”) permitió sobre los patriotas cuando el sitio de la ciudad de Cartagena; defendida por Bermúdez. Nadie pensó en desconocer los acuerdos, como lo hizo Monteverde en el año 1813 con la capitulación firmada con el ilustre General Francisco de Miranda[xv]; por culpa del cobarde Monteverde: Zuazola, Antoñanzas y Cervériz dieron riendas sueltas a muchísimos crímenes y barbaries en el Oriente, pero sobre todo en Cumaná.

La Capitulación de los españoles en Cumaná fue respetada estrictamente, no sólo ese día 16, se hizo lo correcto todos los días subsiguientes hasta el presente[xvi].

Termino mi disertación sobre las efemérides del 16 de Octubre, mucho falta por estudiar de Cumaná, una ciudad que se apresta a celebrar medio milenio de historia; pero que carece de un estudio formal sobre su historia. Espero que entre todos y desde la Academia de la Geo Historia del Estado Sucre, con la ayuda de ustedes que pronto nos relevarán, y de otros más esclarecidos que nosotros, espero que podamos regalarle a Cumaná una Historia Monumental: que eternice sus valores.

Igualmente quisiera proponer a las autoridades presentes y a los voceros del Poder Popular, que el próximo año este homenaje se rinda en el mismo lugar donde el General Bermúdez se entrevistó con el gobernador español para firmar el Acuerdo de Capitulación: La Casa Fuerte de la Boca del Río, una infraestructura  patrimonial que nos acompaña desde 1776[xvii], pero que hoy se encuentra secuestrada, ajena de sus verdaderos dueños El Pueblo Cumanés; atrapada dentro de una empresa que a poco de aquí hiere y pervierte nuestro patrimonio.

¡Hoy disfrutamos una libertad bicentenaria, pero para mantener la paz se requiere del imperio de la justicia!
Gracias

Rommel Contreras / 16-10-2014



[i]    Felipe IV ordenó mediante Cédula Real del 14 de septiembre, que con el acuerdo y concurso del gobernador de la Nueva Andalucía, “se nombrase un capellán para los guaiqueríes e indios privilegiados y brasiles residentes en Cumaná”. Esto precipitó la fundación de las misiones de El Socorro y El Salado.   Debió materializarse luego de la muerte del obispo en Margarita el 24 de agosto de 1648; murió infectado de la peste. En:
  Martínez, Pbro. Ramos. Memorias para la Historia de Cumaná y Nueva Andalucía. Edit. Artes Gráfica (1945). Pág. 41.
[ii] “La ciudad de Cumaná, capital de la Nueva Andalucía, dista una milla del embarcadero o de la batería de la Boca, cerca de la cual bajamos a tierra, después de haber pasado el alfaque del Manzanares. Hubimos de recorrer una vasta llanura, el Salado, que separa el arrabal de los Guaiqueríes de la costa del mar.”…”Atravesamos el arrabal de los indios, cuyas calles están muy bien alineadas y formadas con casitas nuevas todas y de un aspecto risueño. Este barrio de la ciudad acababa de ser reconstruido, a causa del terremoto que había arruinado a Cumaná dieciocho meses antes de nuestra llegada [1797].” Humboldt, en:
Humboldt, Alejandro. Viajes a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente - Hecho en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 y 1804 por A. de Humboldt y A. Bompland - Ediciones del Ministerio de Educación Nacional (1941).  Tomo I Pág. 378-379.
[iii]  “Nos detenemos aquí, sobrecogidos de dolor y espanto. ¡¡Hemos llegado al año 1814!!”. En:
  González, Juan Vicente. Biografía de José Félix Ribas -. PDVSA (1988). Pág.72.
[iv] Vmd.: «Vuestra merced, su gracia». Actualmente se usa la palabra "usted". (nota del autor)
[v] Ese gobernador fue Gaspar Miguel Salaverría, la cita es de:
    Autor desconocido. La guerra de independencia en la provincia de Cumaná, Boletín de la Academia Nacional de la Historia. No. 65. Pág. 36. – Citado también por:
  Yanes, Francisco Javier. Historia De La Provincia De Cumaná - En la transformación política de Venezuela desde el día 27 de abril de 1810 hasta el presente año de 1821 - Ministerio de Educación Nacional (1949). Pág. 147.
[vi] Llamozas, Ambrosio. Memorial Presentado al Rey en Madrid por el doctor Don José Ambrosio Llamozas, vicario y capellán primero del ejército de Boves – de fecha 31-07-1815. Boletín de la Academia Nacional de la Historia. No. 17 (I del tomo V - 1921). Pág. 522.
[vii] Uslar Pietri, Juan. Historia de la rebelión popular de 1814. Edit. Edime (1962). Pág. 179. (Usa como fuente el memorial del capellán Llamozas. Op. cit. Pág. 522).
[viii] Llamozas. Op. cit. Pág. 524.
[ix] Yanes, Francisco Javier Op. cit. Pág. 217.
[x] Hijo del capitán de milicias regladas Santiago Mariño de Acuña y de Atanasia Carige Fitzgerald, descendiente de irlandeses. (nota del autor)
[xi] Recordemos entre muchos valientes e inocentes, dos hermanos de nuestro muy querido Antonio José de Sucre ( Vicente y Magdalena) y a Juan José Landaeta; a quien se le atribuye la música del Himno Nacional. (nota del autor)
[xii] Sevilla, Rafael. Memorias De Un Militar - La Guerra de América. Casa Editorial Franco Ibero-Americana, s.a. (hacia 1925). Pág. 145.
[xiii] Bolívar, Simón. Resumen Sucinto de la Vida del General Sucre. Ediciones de la Presidencia de la República (2001). Pág. 10.
[xiv]  Sevilla. Op. cit. Pág. 180.
[xv] Como ejemplo: ”Gaspar Miguel de Salavarría, hijo de Cumaná había permanecido entre nosotros tratado con la mayor consideración,… más cuando entró Boves dejo la Capa de la hipocresía y fue el más grande asesino de sus paisanos: vive y aún vive entre nosotros. ¡O virtud de los Americanos!”. Autor desconocido, La guerra de independencia en la provincia de Cumaná. Op. cit. Pág. 36.
[xvi]
Que la violación del Tratado de Monteverde-Miranda es el origen de todos los presentes desastres de Venezuela, y como las Cortes y la Regencia de España han aprobado directamente la perfidia de Monteverde, nombrándolo solemnemente Capitán General de la Provincia, después que supieron que él había tan vergonzosamente violado el tratado en cuestión, no podrá nunca esperarse que los nativos vuelvan a confiar jamás sus vidas y propiedades a la fe española." Fuente: William Robinson. Notas sobre los desastres de las Provincias  de Caracas por un caballero ingles, testigo presencial. San Thomas 18 de marzo de 1814. En: Willam Walton, An expose on the dissension of Spanish America, Apéndice, Páginas XLIII-LVI, Londres (1814).
[xvii] “El Gobernador de Cumaná Don Máximo de Bouchet, inrfoma a Don José Galvez de haber construido en la boca del río Manzanares de Cumaná una casa para alojamiento de la guardia
[1776]; y propone construir otra casilla en la boca del caño de Santa Catalina de Barlovento, para que puesta una guardia en ella, se evite el contrabando (2 folios) Hay duplicados en el legajo: Caracas, 542”.  Protocolo: 1776, Cumaná, 3   XII / Caracas 129. En:
 Dorta, Enrique Marco. Materiales para la Historia de la Cultura en Venezuela (1523 -1828) - Documentos del Archivo General de Indias de Sevilla -. Fundación John Boulton (1967). No. 2267.


LA CUMANÁ HEROICA DE 1814


En 1814 la ciudad de Cumaná sufrió los azotes de la guerra de la independencia, con varios combates de resultados desiguales, el mal gobierno realista y las venganzas y vejaciones contra la población indefensa. Allí destacan:

Batalla de El Salado:

Después de la victoria en Aragua de Barcelona, los realistas decidieron perseguir a los patriotas por tierra y mar hacia Cumaná, a la cual “…llegan al sitio de Los Bordones el 15 de octubre de 1814 con unos 3.000 hombres. Piar, le opone 1.500 hombres, desarrollándose una batalla campal en la sabana de El Salado, sitio ubicado entre el mar y la ciudad. Piar es derrotado y huyó hacia Maturín con pocos oficiales y soldados. El 16 de octubre entra Boves a la ciudad. Se calcula en más de 2.000 víctimas los asesinados” (Gómez, 1981, p. 117). Sin desmerecer la bravura de los llaneros opositores y sus estrategas, buena parte del ejército de Piar procedía de la Emigración de Oriente y de los fugados de Aragua de Barcelona. Fue la única vez que perdió una batalla en espacio abierto el audaz curazoleño- venezolano, general Manuel Piar.

Cierre naval:

Triunfante los españoles en tierra desarrollaron en diciembre de 1814 el cierre de los puertos más importantes del Oriente del país a fin de evitar la fuga de los patriotas hacia el Caribe, muchas de estas personas lograron evadir el cerco y embarcarse hacia Nueva Granada, las Antillas (Jamaica, Saint Tomas y Haití) y Trinidad, a esperar tiempos mejores en 1815.

Las mujeres heroicas de Cumaná-1814:

En los enfrentamientos del año 1814 destacó la presencia de la mujer, al lado de sus padres, esposos, hermanos e hijos. El deseo de libertad política y económica insufló un espíritu de unión patriótica contra el régimen colonial español. Tuvieron una actuación relevante varias mujeres en la república en guerra:
- Magdalena de Sucre: “Según la tradición, oral y recogida en algunos textos, fue a dar a la isla de Arichuna con su maltrecha humanidad, esta hermana del Mariscal Antonio José de Sucre en 1814, después que Boves atacó y se apoderó de la ciudad de Cumaná” (http://guaricopina.blogspot.com/2010/05/isla-de-arichuna-o-isla-de-las-mujeres.html, Consulta 14-9-2014).
- Micaela Mejías, Teresa Prado y Cesárea Sánchez. Desde Cumaná fueron trasladadas a la isla de Arichuna en el río Apure. Campo de concentración para mujeres creado por los realistas en 1813.
- Concepción Mariño. Hermana de Santiago Mariño. Desde el islote de Chacahacare, frente a las costas de Trinidad, apoyó entre 1813- 1821 a la causa patriota.
- María De las Nieves Polo. Vecina de Barcelona, huyendo de la guerra migró con su familia de la Provincia de Barcelona hacia Cumaná.
- Francisca María de Acuña. De Cumaná, su hijo fue acuchillado por realistas en 1814, estuvo presa con su hija y falleció luego de libertada en 1815.
- María Isabel De la Cova. De Cumaná, su hijo enfermo de elefantiasis fue asesinado en el Leprosorio de Cumaná 1814.
Otro aspecto digno de destacar fue el trato que sufrieron las mujeres procedentes de familias ricas siendo secuestradas y enviadas entre 1813- 1814 por Boves a la isla de Arichuna hoy llamada isla Apurito en el río Apure. De acuerdo al cronista Argenis Méndez Echenique, era una “…especie de campo de concentración creado por el sanguinario asturiano en esta inhóspita ínsula, para mantener cautivas a todas las mujeres blancas que lograba capturar. Muchas fueron las heroínas anónimas que sembraron sus huesos en ese lugar, para entonces, plagado de fieras e innumerables incomodidades”. (http://guaricopina.blogspot.com/2010/05/isla-de-arichuna-o-isla-de-las-mujeres.html, Consulta 14-9-2014). El objeto principal del encierro era pedir rescate a sus parientes o de amilanar y manipular a los familiares de estas para que se apartaran del ejército patriota.



En síntesis, la actuación en el mundo político y de los conflictos tuvo diferentes manifestaciones comenzando por su solidaridad automática con sus respectivas parejas y sus familiares más cercanos: 

“La participación de las mujeres estuvo –en la mayoría de los casos- ligada al apoyo a familiares, las mujeres partían a la guerra con sus compañeros, cargando sus hijos, sus ollas, sus ropas y las pocas pertenencias del hogar. Estas camaradas de batalla, determinantes en un momento dado, no sólo no fueron valoradas, fueron invisibles y aún siguen así. Avanzadoras, troperas, soldaderas, rabonas, vivanderas, juanas, fueron inseparables de los ejércitos y el mejor sostén con que podía contar el campesino soldado. Fueron multitud de mujeres del pueblo anónimas y olvidadas, sus nombres desaparecieron a medida que las batallas avanzaban. A la retaguardia de todos los ejércitos iban las mujeres” (Carosio, 2010, p. 25).


CONCLUSIONES:

Los actos sangrientos contra la población no beligerante mostraron el rostro canalla, terrorífico y antihumano de los defensores de la causa española, contrario a los convenios sobre la regularización o la formalización de las guerras, y de las creencias católicas. Se estima a 1814 como el año más sangriento en la guerra de independencia. En esos eventos bélicos perdieron la vida venezolanos insignes y muchas familias fueron arrasadas sin dejar descendencia ni propiedades en pie. Ciudades como Cumaná fueron tomadas por los realistas y sufrieron un ensañamiento vesánico de los jefes y tropas al servicio de la corona española. Hay que destacar el papel relevante de las mujeres por la causa patriota al lado de sus maridos, padres, hermanos y vecinos, con las consecuencias de esto.


FUENTES:

Carosio, Alba (2010). Las mujeres en el proceso independentista, Revista Rebelión, Centro de Estudios de la Mujer (CEM), UCV, Caracas.

Gamboa Cáceres, Teresa (2010). Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, V.15, Nro. 34, junio, Nuestra América contra el imperio Español huellas de la participación de la mujer. Caracas

García, José (2014). Tal día como hoy, Diario VEA, Caracas, pág. 4. 09/02/2014.

Gómez, José (1981). Historia del estado Sucre, Presidencia de la República, Caracas.

Gómez, Joselín (2011). Las mujeres venezolanas construyendo la nación, Memorias de Venezuela, N° 19, Caracas.

Maradei, Constantino (1981). Historia del estado Anzoátegui, Presidencia de la República, Caracas.

Marcano, Pedro Elías (1956). Consectario de la ciudad de Cumaná, Gobernación del estado Sucre, Caracas.

Picón Salas, Mariano (2001). Suma de Venezuela, Fundación Editorial El Perro y La Rana, Caracas.



por:Dr. Andrés Velásquez Márquez